Pedro Sánchez

Sánchez quiere ser Juanito (del Madrid)

«In Spagna, in politica, un anno é molto lungo», piensa Sánchez, pero las elecciones no se ventilan en el Bernabéu»

Juan Gómez, Juanito, carismático «7» del Real Madrid, se lo espetó a un jugador del Inter tras perder 2-0 en Milán el 16 de abril de 1986 en una semifinal de la entonces Copa de la UEFA: «Noventa minuti en el Bernabéu son molto longo». La frase, en «itañol» macarrónico forma parte de la leyenda del club que preside Florentino Pérez y que, por cierto, dos semanas después le ganó al Inter 3-0 en Madrid y confirmó las palabras del jugador madridista, desaparecido en un accidente de tráfico, y al que la afición recuerda en el minuto «siete» de cada partido. Pedro Sánchez es más de baloncesto que de fútbol, pero Óscar López, su jefe de gabinete, sucesor teórico de Iván Redondo, es un madridista confeso, habitual del Bernabéu y, testigo, por ejemplo, de las remontadas «in extremis» de este año que culminaron con la Champions en París. El domingo, en la noche más triste del «sanchismo», mientras Adriana Lastra hacía el ridículo, la maquinaria de La Moncloa se puso a trabajar para contener los daños. «Juanma Moreno lo ha hecho bien y ya está. Hay que pasar página y ahora ir a por todas», sería la síntesis del análisis real del presidente y de su equipo. Nada que ver con el «lenguaje de madera» público que llegaría a rizar el rizo con aquello de que «el Gobierno no se presentaba a estas elecciones». Capítulo aparte son las evasivas de Yolanda Díaz, que tampoco quiere saber nada de Andalucía, pero a la que le recordarán su foto con Mónica Oltra –primera víctima indirecta de la debacle andaluza–, Ada Colau y Mónica García. Había dos fotos con carga negativa electoral, aquella de las Azores, con Bush, Blair y Aznar y la de Colón en Madrid, con Casado, Ribera y Abascal, quizá el primer tropiezo del exlíder del PP y el antepenúltimo del de Ciudadanos. Hay imágenes icónicas que persiguen a sus protagonistas y que no pueden borrarse, como borraron a Trotski de aquella en la que estaba con Stalin. Le gustaría a Yolanda Díaz, pero es imposible. Sánchez, después de la derrota, ha enviado emisarios con un solo mensaje «¡resistiré!» y, en algunos casos, con un estrambote «¡ganaré otra vez!». El presidente, que a veces bromea de fútbol con Óscar López, cree que puede ser un Juanito de la política: «In Spagna, in politica, un anno é molto lungo». Quizá sea cierto, pero las remontadas electorales no se ventilan en el Bernabéu.