Cuartel emocional
Se acabó divagar
Cuando allá por los años cuarenta, en plena posguerra, los escritores eran un gremio de hambre y penuria, Camilo José tuvo la valentía de publicar contra viento y marea y con el rechazo de todo el escaso plantel editorial “La familia de Pascual Duarte”. Aquello le confirmó su lema de “el que resiste, gana” y le llevó a escribir en su diario la siguiente frase: “se acabó divagar”, que me viene al pelo para titular mi artículo de hoy. Incluso podría haberlo titulado “El ocaso de la mugre”, que también es bonito pero menos literario, así que tomando como referencia las palabras de un grande de las letras me dispongo con gran dicha a dibujar mi texto del domingo, aunque se haya dicho ya de todo a lo largo de esta semana, que nos ha premiado con frescor ambiental para mayor disfrute de la derrota de quienes están despedazando, disgregando y arruinando nuestro muy querido país, incluidas sus instituciones y su honestidad y decencia, y con una inflación disparada y una deuda desmedida. Ojalá que sea un primer paso para revertir la maldición de Alfonso Guerra, a la que siempre aludo (“a España no la va a reconocer ni la madre que la parió”).
Se acabó divagar. La debacle socialista se materializa gracias a la región más extensa de nuestra geografía con una victoria absoluta y brillante de un partido que ha hecho posible el ocaso de la mugre, o sea, el fracaso laminado de la ultraizquierda y sus diversos partidos (divide y vencerás); la desaparición de esa mosca cojonera que es la cursilada de Ciudadanos y el desinflamiento y desencanto que se hizo patente con la merma de un Vox con demasiadas pretensiones y con menos fuerza que una gaseosa. Se acabó divagar. Volvamos a un bipartidismo que funciona en USA, en UK y en tantos otros países civilizados, y dejémonos de experimentos, que, según se ha venido demostrando, son un fracaso seguro.
En Madrid, nuestra presidenta se va de nuevo a hacer las américas a la americana, o sea, con una cena en Miami a ciento y pico dólares el cubierto con la intención de pillar inversores para nuestra región (debería decir captar, pero quiero permitirme esta licencia castiza). ¿Se imaginan a la jefa de la oposición, la que es médica y madre, en semejante cometido? Ni se le hubiera ocurrido ni hubiera tenido un mínimo de gancho para convencer a ni uno de los posibles empresarios con intención de echar tentáculos en la capital o sus alrededores. Seguro que a la Ayuso no se le hubiera escapado el proyecto de Eurovegas, como ocurrió en el pasado, por poner un solo ejemplo. Pero nunca es tarde. Ya veremos.
Lo que sí es cierto es que en el resto de las regiones donde gobiernan los sociatas, tipo Extremadura, Castilla La Mancha, Valencia, y por ahí, los dodotis andan un poco perjudicados por aquello de que pronto tendrán que convocar elecciones, que ya les toca, y las barbas del vecino se han pelado a conciencia. Y este aviso a navegantes les tiene los pelos de punta.
Lo malo de todo esto es el histórico giro a la izquierda que se produjo en Colombia. Ya tenemos un nuevo país sumado al bolivarianismo y en breve sumido en él, por la victoria de un guerrillero (aquí decimos terrorista) del M19. Pobre país, para el que trabajé como corresponsal durante quince largos años, y al que me sentí tan ligada.
CODA. Vuelvo a Ayuso para rematar. Luego de haber sido insultada, difamada y sometida a toda suerte de vilipendios, el juez anticorrupción ha archivado el caso “mascarillas” por no haber indicios de delito ni en el contrato, ni en la adjudicación y el cobro. Anduvo muy perturbada con esta basura que intentaron verter sobre su persona, hasta perdió la silueta que había conseguido gracias a las buenas artes médicas y dietéticas de la Clínica Bruselas, pero ya duerme tranquila porque la justicia ha fallado a su favor.
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