Gobierno de España

El PSOE circula la lista de ministros chamuscados

En la lista que circulan los socialistas está también en posiciones muy altas la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, a pesar de que no se sale jamás del guion, o, quizás, justo por eso

La drástica remodelación de Gobierno que el presidente Sánchez hizo hace un año para reponerse del batacazo en las elecciones de Madrid le enfrenta ahora a la paradoja de que sus subalternos van contando que el problema del Consejo de Ministros es, precisamente, que falta perfil político. O, dicho de otra manera, que el presidente Sánchez se equivocó al vaciar de ese perfil político a su Gabinete hace un año para apoyarse en una pasarela de caras nuevas, técnicas, pero insípidas, y tan irreconocibles entonces como lo siguen siendo ahora.

El ministro Bolaños encabeza la lista de «chamuscados». No está claro si el problema es que el presidente Sánchez le ha puesto demasiados deberes, «para los que no estaba preparado», o que, simplemente, él «no ha acertado ni una a la hora de desempeñar sus funciones», como comentan, irónicamente, en la dirección socialista. Pero si fuera por criterio de eficacia y competencia, y a Sánchez no le importara hacer caso de lo que dicen en su partido y rectificarse a sí mismo, Bolaños sería el primer «nominado» a abandonar La Moncloa. En la lista que circulan los socialistas está también en posiciones muy altas la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, a pesar de que no se sale jamás del guion, o, quizás, justo por eso. Los socialistas se encomiendan a los dioses para pedir que se caigan del Gobierno los fichajes «novicios» y entren nombres del partido de toda la vida, como el socialista Patxi López o el extremeño Fernández Vara. Y si éstos no le gustan, que ponga a otros, pero que se quite de encima la pasarela de modelos diseñada como cartel desde el que lanzar candidatos a las elecciones autonómicas y municipales del próximo año. El líder socialista ha hecho de su versatilidad para adaptarse al momento una seña de identidad. Y no le costaría nada salir a presentar una remodelación de su equipo justificada en los argumentos opuestos a los que utilizó el verano pasado para cortar cabezas a diestro y siniestro. Necesita, sin duda, un refuerzo para reordenar la estrategia y afrontar en mejores condiciones el frío otoño que se nos echa encima y los complicados siguientes procesos electorales. Pero, por alguna razón, ha hecho creer, hasta ahora, que los cambios los deja para después del Debate del Estado de la Nación, ya septiembre, y que afectarán más al partido que al Gobierno. Los nombres de la lista saben, conocen bien el percal, que no deben confiarse pues hasta que no tenga marcha atrás, porque su decisión sea oficial, todo puede pasar.