Política

Gambito de corbata y repaso de Sun Tzu en la Moncloa

Sánchez ha sacado la fanfarria de sus teóricos logros en vísperas vacacionales, pero la realidad arroja incertidumbres notables

Sun Tzu (siglo VI a.C, aunque no está del todo claro) autor del célebre «Arte de la guerra», recomendaba «distraer el enemigo seduciéndolo con algún señuelo», aunque también advertía de que «nada des más difícil que el arte de la maniobra de distracción, que él llamaba de «Aproximación indirecta». El militar chino ha sido referente de infinidad de estrategas –también empresariales y financieros– a lo largo de la historia. El desaparecido Emilio Botín, padre de Ana Botín, citaba a veces alguna perla expurgada por sus asesores. El gambito de dama es una jugada de ajedrez en la que intenta obtener ventaja con el sacrificio de una pieza. También es una serie de éxito –muy entretenida– protagonizada por Anya Taylor-Joy.

Pedro Sánchez, en vísperas de las vacaciones y antes del «otoño de hielo y fuego» (sic) que anuncia Iván Redondo, consciente o no, intenta combinar las enseñanzas de Sun Tzu y el ajedrez que tanto gusta a su ex-asesor. El inquilino de la Moncloa ha optado por una especie de «Gambito de corbata» con el que distraer a sus adversarios que, de momento, no han entrado al trapo. El Gobierno, al mismo tiempo –y en un Consejo extraordinario para darle más empaque– acaba de aprobar unas medidas para ahorrar energía que, aunque sean necesarias –y algunas discutibles–, incluyen su ración de impopularidad. Mucho han tardado en cualquier caso, porque la crisis energética es una evidencia desde hace meses. El ahorro energético es tan necesario como inevitable, pero al mismo tiempo resulta extravagante que se prolonguen medidas que estimulan el consumo, como la bonificación de los precios de los carburantes y también del gas, lo que no es contradictorio con establecer ayudas para los más necesitados. El economista socialdemócrata José Carlos Díez ha vuelto a advertir sobre el error de la última etapa del franquismo de no repercutir los costes de la crisis de los años 70, una equivocación que fue el origen de que el paro se enquistara en España en las cifras más altas de Europa.

Sánchez ha sacado la fanfarria de sus teóricos logros en vísperas vacacionales, pero la realidad arroja incertidumbres notables. El índice PMI manufacturero ha pasado del 50,6 en junio al 48,7 en junio. Algo parecido ocurre en Alemania, Italia y Francia y ese índice, por debajo de 50, anuncia posible recesión, que llegaría a final de año. Para el inquilino de la Moncloa eso es una eternidad. Ahora sacrifica la corbata. Es anecdótico, sí, pero «los métodos indirectos son necesarios para garantizar la victoria», escribió Sun Tzu.