Literatura

A veces, la iluminación

Va a resultar cierto que finamente nada se pierde para siempre

A veces, llevado por las noticias de cada semana, olvido que la intención original con la que nació esta columna y su título era la de buscar, en la literatura de todos los tiempos, fragmentos y pasajes que sirvieran para ilustrar la actualidad de nuestros días. Una tarea de ese tipo siempre me ha parecido muy agradecida, porque nos permite recuperar fragmentos de obras olvidadísimas que son, sin embargo, de gran interés. Este inicio de agosto, con el parón de las vacaciones, he podido entregarme al placer de hojear indolentemente aquellos libros desperdigados por casa, en estantes o mesitas. Son libros que se abandonaron ahí en algún momento porque una tarea más urgente de la cotidianidad nos reclamó con urgencia. Los ejemplares encuadernados se quedan ahí, esperándonos, indiferentes a que nos hayamos alejado de ellos; con la misma expectación impávida y posibilista que recordamos en aquellas compañeras de clase o de trabajo en quienes siempre pensamos que hubiera valido la pena profundizar más y conocerse un poco más intimamente.

En uno de estos volúmenes he encontrado noticia de una obra que nunca tuve la suerte de poder leer. Se trata del Essay towards fixing the true standards of wit, humour, raillery, satire and ridicule del autor inglés Corbyn Morris. En las notas citadas, se transcriben algunos de sus pasajes y son deliciosos. Corbyn Morris debía ser un tipo muy sagaz y preciso, aparte de un humorista de primera. Escribió esas juguetonas observaciones (que podríamos traducir aproximadamente sintetizando como Ensayo sobre el ingenio, el humor y el ridículo) nada menos que en 1744. Me he lamentado de no poder disponer de una edición española.

Sin embargo, poco después, tras pensarlo un poco, mi lamento se ha trocado en regocijo. Porque, de existir esa edición, probablemente yo hoy no hubiera escrito esta columna recordando y reivindicando con curiosidad al señor Corbyn Morris. Va a resultar cierto que finamente nada se pierde para siempre.