Guerra en Ucrania
«La libertad tiene un coste»
«Macron ha sido muy claro al alertar que llega el fin de la abundancia y que se vivirán tiempos difíciles»
Por fin un líder europeo abandona esa bravuconería propia de una pelea de taberna que han utilizado desde que comenzó la invasión de Ucrania y dice la verdad. El presidente Macron ha anunciado a los franceses que «la libertad tiene un coste». Ahora salimos de nuestra zona de confort y entramos en la dura realidad. Tras seis meses de conflicto resulta evidente que Putin no ha perdido la guerra. Es posible que persiguiera una acción rápida que provocara la caída de Zelenski y su gobierno, aunque me resulta inverosímil que no supiera que los ucranianos presentarían una feroz resistencia. La inteligencia rusa conoce muy bien Ucrania, porque ha formado parte de Rusia desde el siglo XVII. El relato del líder del Kremlin se sustenta en que son unos traidores y que Ucrania forma parte de la Gran Rusia surgida en la Edad Media. Por nuestra parte, hemos pecado de infantiles al asumir que sería un conflicto breve y que los invasores no conseguirían sus objetivos. No entiendo quién ha vendido o comprado esta mercancía deteriorada. La realidad es que estamos pagando una elevada factura energética y nuestro poder adquisitivo ha caído un diez por ciento.
Macron ha sido muy claro al alertar que llega el fin de la abundancia y que se vivirán tiempos difíciles. En una sociedad tan subvencionada y con un nivel de bienestar tan elevado, será difícil que los franceses asuman el coste enorme que significa la defensa de la libertad de un país tan alejado de sus fronteras. En este sentido, comparto totalmente las palabras del presidente francés, porque la democracia nunca se ha conseguido o defendido frente a los autócratas solo con palabras. El problema es que todos recordamos lo que sucedió con Afganistán, ya que se prefirió una huida cobarde antes que arriesgar vidas europeas o estadounidenses y, sobre todo, seguir gastando miles de millones en otra de esas guerras que no se pueden ganar. Me gustan los políticos que dicen la verdad, mientras que me provocan desafecto aquellos que optan por lo contrario. No nos podemos despreocupar y serán necesarios sacrificios, pero la UE es más frágil de lo que algunos creían. Es difícil saber cómo reaccionará la opinión pública de cada uno de los socios, pero dudo que aguante la inflación, la contención salarial y las restricciones energéticas.
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