Política

Justicia de partido

El Gobierno no tiene interés en permitir un Poder Judicial independiente sino en manosearlo como el CIS, RTVE y la Fiscalía

Para qué una justicia independiente si puede ser un organismo más en manos del Gobierno. ¿De quién depende la Fiscalía? Le preguntaba Sánchez a un colega de Radio Nacional: «del Gobierno, presidente», le respondió. «Pues ya está», contestó a su vez Sánchez. Ya está. La Fiscalía depende del Gobierno y el Gobierno pone en la Fiscalía a quien le parece y la Fiscalía hace lo que el gobierno dice, lo mismo que el CIS y TVE. Lo del CIS es emético. Un militante del partido haciendo encuestas al servicio del partido pero pagadas por el Estado. En la Fiscalía pones a tu ex ministra de Justicia para que llene de afines todas las instancias del Ministerio Público. Y en RTVE echas al presidente, pisoteas el estatuto y colocas por decreto a quien más le gusta al Gobierno y al partido que gobierna. Las instituciones del Estado a los pies de los que ejercen el poder temporal como si de una dinastía comunista se tratara. Ya vimos en La Coruña cómo funcionan. Decenas y decenas de escoltas y coches oficiales llevando a nuestros líderes al aeropuerto. Parecía el séquito de Joe Biden. O el de la Reina de Inglaterra. O de ambos juntos. Casi un parque móvil entero. Nunca se vio nada parecido en este país. Nunca tuvimos un gobierno con tan escaso respaldo popular aprobando decretos a su antojo y repartiendo el dinero según le place. 130 millones a la Fundación Gates, acusada de falta de transparencia por The Lancet. 573,5 millones en total sin pasar por las Cortes: 237 millones a la salud global, 236,5 para seguridad alimentaria y 100 millones más para igualdad de género. Dicen algunos que es la manera de contribuir al Nuevo Orden Mundial. Sánchez tiene excelentes relaciones con Bill Gates y George Soros, éste último la primera persona a la que recibió nuestro presidente en Moncloa, nada más tomar posesión. Soros está empeñado, junto a Gates y Claude Schwab, entre otros oligarcas, en resetear el mundo para implantar la IV Revolución Industrial, que establecerá la fusión de la inteligencia humana con la máquina. El neura-link de Elon Musk. Hasta a María Jesús Montero se le escapó un día cuando peroraba como portavoza gubernamental. «Esto es que lo exige el Nuevo Orden Mundial», espetó la mujer. Sánchez está en la vanguardia del NOM, que ensayó en España la terminología globalista de la «Nueva Normalidad», la «Resiliencia» y la «emergencia climática», hoy extendidas ya por todo el orbe, que nuestros ministros repiten cual papagallos. De la pandemia a la guerra y de ésta al calentamiento global con la inflación por las nubes y el caos asegurado. Caos que es una gran oportunidad para implantar la Agenda 2030, por cierto. Bendita casualidad. De modo que en este escenario de sobresaltos, cuanta menos división de poderes haya, mejor. Es bueno que el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial funcionen al unísono, no vaya a ser que a este último se le ocurra tumbar otro estado de alarma o similar. Con la que se avecina, mejor que los poderes estén en sintonía. TVE, el CIS, la Fiscalía y el Judicial. Porque como decía el ex vicepresidente Iglesias, no se puede dejar la Justicia en manos de cuatro jueces reaccionarios. No.