procés

Enfermedad inestable

El antiguo «procés» está más muerto que el género de revista, pero el trastorno, la enfermedad inestable sigue ahí y generará nuevas alucinaciones

El separatismo en Cataluña está en el diván del psiquiatra intentando -como siempre- explicarse a sí mismo. El problema es que, dado su desdoblamiento de personalidad, el terapeuta que escucha es el mismo paciente que habla y así no hay manera.

Junts son los herederos de la corrupción de Convergencia (casi todos sus fundadores estaban allí) y una parte importante de su organización está claramente por la cínica componenda. Es el único sistema que han conocido y, si hay que pactar con el diablo para mantenerlo, no dudan. La única solución para ellos es fundar un país de ideología básicamente hipócrita. Junts se lleva bien con esa hipocresía y sabe practicarla en la medida que provienen de donde provienen. Con la hipocresía, ERC y las CUP tienen un problema que aún no han resuelto y es que han de practicarla sin que se note. Han de buscar una excusa que disimule lo que están haciendo y desean hacer, porque sus votantes no admiten aún la capacidad de cinismo alcanzada por los cuadros de la antigua Convergencia y Junts.

A la chita callando, el PSC busca hacerse con la bolsa de votantes del catalanismo no separatista, pero su indulgencia con el supremacismo le ha incapacitado para legitimarse como el terapeuta que podría sacarnos de este embrollo. Sus argumentos son siempre una manta demasiado corta: si arropa la garganta del catalanismo de la Bonanova y la Costa Brava, deja al aire los pies del mestizaje de Barcelona Sur, Castefa y Tabarnia. Y viceversa.

El antiguo «procés» está más muerto que el género de revista, pero el trastorno, la enfermedad inestable sigue ahí y generará nuevas alucinaciones. Cinco años después del último delirio, y a causa de él, nuestra comunidad autónoma ha dejado de ser la locomotora económica peninsular. El trastorno básicamente consiste en un avestruz intentando convencernos y convencerse a sí mismo de que es un gran paquidermo. Ya verán qué sorpresa cuando ponga un huevo.