Pedro Sánchez

Las encuestas y el sexo de la sedición

«La renovación del CGPJ sigue empantanada mientras emerge la idea de que la malversación política sea menos delito»

Robert Strange McNamara (1916-2009) fue secretario de Defensa de los Estados Unidos (1961-1968), con los presidentes Kennedy (1917-1963) y Johnson (1908-1969) tuvo que lidiar con la guerra de Vietnam que, tras su retirada de la política calificó de «equivocada, terriblemente equivocada». Muy polémico, al dejar la política presidió el Banco Mundial (1968-1981), desde donde se dedicó a combatir la «pobreza absoluta», mientras abrazaba la militancia antinuclear. Ya retirado tenía una recomendación para los políticos: «No escuches siempre las encuestas, no escuches siempre a la mayoría del Congreso, no escuches siempre a la mayoría de la prensa (...) Los dirigentes son los responsables de dirigir, no de seguir; esa es la primera cuestión»

Pedro Arriola (1948-2022), el que fuera protoasesor de Aznar y Rajoy, precursor de alguna manera de Iván Redondo, de quien tenía buena opinión, como de Tezanos, escrutador fino de sondeos, siempre decía que las encuestas de media legislatura había que ponerlas en solfa. Proporcionan información, pero no determinante. Arriola falleció en 2022 y Redondo ya no asesora a Sánchez que, como su rival Feijóo, vive con un ojo puesto en los vaticinios demoscópicos, que ambos siguen minuto a minuto. El enredo, hasta ahora insoluble, del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tiene muchos culpables, a izquierda y derecha, pero por encima de todos, las encuestas. Nadie quiere hacer nada que la demoscopia penalice y casi todo se organiza para los sondeos. Ahora, tras la ruptura de negociaciones PSOE-PP, mientras Puigdemont calienta el ambiente y dice que el Gobierno le ofreció el indulto, en ERC, el partido de Junqueras rizan el rizo y sugieren despenalizar la malversación cuando no suponga enriquecimiento personal. Es decir, ¡casi se puede malversar por motivos políticos! Eso, si también se suaviza el delito de sedición, permitiría volver a Puigdemont. A ERC no le interesa, pero explicar que trabaja en ese sentido le viene bien en las encuestas. El PP, claro, por la misma razón, no puede apoyarlo y vuelta a empezar. En Bizancio discutían del sexo de los ángeles, que no parece muy diferente del de la sedición o la malversación y sus matices, mientras nadie hace caso del consejo sobre las encuestas de McNamara.