Guerra en Ucrania
La retirada de Jersón
«Putin juega con el factor del cansancio de la sociedad europea y la retirada al Dniéper es parte de esa estrategia»
Es importante interpretar adecuadamente lo que está sucediendo militarmente en la campaña rusa en Ucrania. La euforia es siempre una mala consejera. El repliegue ruso forma parte de una estrategia para asegurar las posiciones ante la llegada del invierno. Es más fácil defender la línea del frente con un baluarte natural, como es el río Dniéper, que empeñarse en mantenerse en la ciudad ucraniana de Jersón. Cualquier militar sabe que una retirada a tiempo es una victoria. Me gustaría que las tropas rusas abandonaran el territorio que han ocupado violentamente y que se acabara el conflicto, pero no hay que confundir los deseos con la realidad. La ayuda militar de Estados Unidos y sus aliados, principalmente la Unión Europea, ha permitido que Ucrania no cayera en manos rusas a pesar del valor y la firmeza que está demostrando su ejército. Es evidente que Putin fracasó en su intento de lograr una guerra rápida y provocar la caída de Zelenski, que supo reinventarse para dar paso a un líder capaz de unir a su pueblo contra el invasor.
A pesar de ello, es difícil pensar que la estrategia rusa tenía un único plan y que no había valorado la opción de una guerra larga, porque conocen muy bien ese país. No solo por la proximidad, sino porque ha formado parte de Rusia durante siglos. La ocupación de Crimea en 2014 fue la primera parte de un conflicto que ha tenido la lógica conclusión con una invasión para demostrar que el Kremlin no quiere renunciar a su influencia en esa zona. Por otra parte, no podía aceptar que entrara en la UE y la OTAN. Es injusto, porque es una limitación de su soberanía, pero la Historia está plagada de actuaciones similares. Finalmente, los rusos consideran a los ucranianos como «hermanos» traidores que se rinden, como los europeos, a los intereses estadounidenses. Al convertirse en una cuestión patriótica, el coste es indiferente para Putin, que está dispuesto a todo con tal de conseguir la incorporación de los territorios que considera prorrusos. A estas alturas, nadie pone en duda que es una guerra larga y costosa para todas las partes y el autócrata ruso juega con el factor del cansancio de la sociedad europea. Por ello, la retirada al Dniéper es, simplemente, parte de su estrategia.
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