Sanidad Pública

Las últimas tardes con Mónica y Rita

«En pantalla estaba el canal gubernamental 24Horas, que es el moderno NODO al servicio de La Moncloa»

El domingo por la mañana trabajaba tranquilo en casa. Me gusta hacerlo con el ruido de fondo del televisor. Las redacciones antaño eran ruidosas y bulliciosas, ahora son más asépticas, y me acostumbré a ello. En pantalla estaba el canal gubernamental 24 Horas, que es el moderno NODO al servicio de La Moncloa, con la honrosa excepción de alguna tertulia. Me gusta, porque se suceden las noticias y solo hay que ignorar el sesgo destinado a favorecer a la coalición socialista comunista. Es una pieza clave de la estrategia monclovita, a la espera de que los millonarios socialistas Joseph Oughourlian y Miguel Barroso, los «amos» de Prisa, consigan sumar más televisiones al frente destinado a la reelección presidencial. Lo único que siento por Oughourlian es que no lo recompensarán con una baronía vitalicia, como sucede en el Reino Unidos con los empresarios laboristas o conservadores que ayudan a su primer ministro.

El canal gubernamental ofrecía la información de la manifestación de la izquierda contra Ayuso, con la excusa de la defensa de la atención primaria. Cada media hora se repetía con esa monotonía propia del NODO. Al ser domingo no hay que esforzarse en exceso. Tuve la gran alegría de ver a Mónica García, la única mujer médico y madre, acompañada de mi admirada Rita Maestre. No hay duda de que la intervención de la portavoz de Más Madrid en la Asamblea tuvo una gran profundidad, ya que le planteó a Ayuso que solo tenía dos salidas: cesar a su consejero y pedir perdón o dimitir ella y todo su gobierno. Impresionante. Era agradable ver a Rita, de la que soy un fan declarado, asentir y ponerse bien el pelo, algo que hago cuando es necesario, porque no conviene andar despeinada a esas horas de la mañana. No se puede negar la buena cuna del pijoprogresismo de la izquierda radical. Me reitero en la simpatía que me despiertan. Son dignas de inspirar una versión madrileña de la famosa novela de Marsé, aunque con un final menos dramático y un argumento más político. Mareas verdes, blancas…, el 15-M, los vástagos de familias ricas ayudando a los pobres, la catástrofe que representan los gobiernos de derechas… Y la manifestación, fue como era previsible: política y más política partidista.