PSOE

Metiendo el turbo hacia mayo

Tras la cuesta de enero, la hoja de ruta solo tendrá una doble horquilla, de un lado seguir horadando la figura de Núñez Feijóo, de otro repartir dádivas desde el Consejo de ministros

Convendría ser justos con la realidad de la situación en el momento político en que nos encontramos y en consecuencia no dar por firmemente sentados reflejos demoscópicos como el que hasta hace pocas semanas situábamos en el casi imparable «efecto Feijóo». El partido popular viene de solventar poco menos que antes de ayer la mayor crisis interna de su historia desde la refundación de Fraga allá por el año 89 y su actual líder acaba de cumplir medio año llegado desde la cómoda gestión gallega premiada con mayorías absolutas a una política de la corte donde no hay bidet que no esté plagado de pirañas ergo, tal vez se haya antojado demasiado optimista por no decir ingenuo el contemplar la llegada de un sólido presidente al frente del PP y la consiguiente ilusión generada en un centro derecha sumido hace demasiado tiempo en la melancolía, como la consolidación de una imparable ola que se llevará por delante en el mapa nacional a todo lo que huela a sanchismo.

Que el «efecto Feijóo» experimente un innegable frenazo respecto al listón demoscópico del verano, a medio año para las elecciones territoriales y un año aproximado para las generales resulta tan normal como la consiguiente euforia en muchos casos impostada en las filas socialistas, conscientes de que con el BOE en la mano todavía puede haber partido. Es aquí donde se atisba una hoja de ruta cuyos primeros pasos ya se están escenificando en los movimientos de los socios de gobierno y de sus muy interesados socios parlamentarios a través de una verdadera y autentica colitis legislativa, cuyo único objetivo es dejar cerrados, de aquí al final de año los principales melones abiertos dentro de la superposición de desencuentros entre PSOE y Podemos que ahora se contempla como paisaje habitual en la relación entre socios de gobierno, pero que no va a resultar fácilmente digerible en cuanto nos metamos en verdaderas harinas de precampaña. El Gobierno de Sánchez ha programado a todo gas la máquina de legislar, ha metido el turbo ya sean presupuestos, ley de trata, ley trans, ley de familia, reforma de la sedición y un interminable elenco que, con mayor o menor éxito acaban su recorrido al finalizar el año. Tras la cuesta de enero, la hoja de ruta solo tendrá una doble horquilla, de un lado seguir horadando la figura de Núñez Feijóo, de otro repartir dádivas desde el Consejo de ministros. Poderoso BOE.