Política

El socio esquizofrénico

Que Podemos se ha mostrado contrario a esta cumbre no es un secreto, y que la formación morada es la más fiera oposición al PSOE, viendo que se le escapan los votos, tampoco

He aquí varias conclusiones rápidas de la recién finiquitada cumbre hispano marroquí. Para empezar, el ritmo de estas relaciones bilaterales, aunque nos escueza, lo marca Marruecos. La batuta la lleva Rabat porque, en caso contrario, habría resultado inaceptable para nuestro Gobierno el desplante que ha sufrido Pedro Sánchez. Marruecos pesa más que España en el mapa geopolítico mundial y Mohamed Sexto lo tiene clarísimo. Ha faltado a la foto con el presidente del Gobierno español porque sabe que puede. Y de paso, por si alguien lo dudaba, queda patente que a este monarca le importa mucho menos su país que su propio disfrute. Vive ensimismado en un mundo paralelo, por encima del bien y del mal, mientras sus compatriotas sufren su régimen de censura y represión.

Segunda conclusión lógica de lo de Rabat: si no estaba clara la foto entre Sánchez y Mohamed, menudo papelón el del ministro Albares, vaya fiasco, y atentos a futuras consecuencias. ¿O es que a nuestro presidente no le afectaba que se inmortalizara el soberano plantón? Ya te digo yo que sí, le importa muchísimo la imagen que quede de él para la posteridad, como recordó el otro día Máximo Huerta en El Hormiguero.

Tercera conclusión, por aquello de ver el vaso medio lleno: al menos, estos dos días han servido para seguir acercando posturas. Hacemos bien en tildar de histórica la cita, tras ocho años de travesía por el desierto en la relación bilateral. Quedan para la posteridad una declaración conjunta, adornada de amables palabras, y unos cuantos acuerdos económicos importantes. Pero solo se arranca del Gobierno marroquí el compromiso del respeto mutuo, en lo referente a la soberanía nacional de cada país. Y queda pendiente la fecha de la apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla, para desesperación de los empresarios de las dos ciudades autónomas.

Que Podemos se ha mostrado contrario a esta cumbre no es un secreto, y que la formación morada es la más fiera oposición al PSOE, viendo que se le escapan los votos, tampoco. En este tiempo de precampaña, cada día asistimos a la conducta esquizofrénica de unos ministros que juegan a gobernar, a la vez que a criticar a su socio de coalición, como si con ellos no fuera nada de lo que sale de la Moncloa. Ahí seguimos, con la ley del solo sí es sí sin retocar, mientras aumenta el goteo de rebajas de condenas a delincuentes sexuales.

Te invito a que veas, si aún no has tenido la oportunidad, la campaña lanzada por la secretaria de Estado, Lilith Verstrynge, a propósito de la ley del Bienestar Animal. En ese vídeo, Podemos no tiene reparos en equiparar el rostro de Pedro Sánchez con el de Santiago Abascal, ambos presentados como maltratadores de animales. ¿Tanta oposición al PSOE le devolverá votos? Permíteme que lo dude.