Biblioteca Harley-Davidson

2024

No hay error que el género humano no sea capaz de repetir infinitas veces

Imagino que verían ayer el tradicional concierto de Año Nuevo y disfrutarían del Danubio Azul y la Marcha Radetzky. En un mundo como el que estamos embarcados (sujeto a constante cambio y apabullado por invasivos medios de comunicación) es una de las pocas cosas razonables que se puede hacer para inaugurar el año. De no disfrutar con esos fugaces momentos de calidad y belleza en una sociedad invadida por el mal gusto cabría preguntarse qué estamos haciendo con nuestras vidas.

En 2024 no cambiarán mucho las cosas. Seguiremos presenciando cómo los torpes programas educativos escogidos por los políticos no les darán a nuestros estudiantes el equipamiento mental y el bagaje cultural necesario para entender e interpretar los complejos textos del pasado. Volverán incluso viejos tormentos como la caza de brujas, la inquisición de las damas de la templanza y la braga náutica para caballero en las playas de Río de Janeiro, en lugar del elegante bóxer. Seguirán apareciendo seres humanos incapaces de distinguir entre las hemorroides y la menstruación. No hay error que el género humano no sea capaz de repetir infinitas veces. Existe gente voluntariosa que, pese a ello, no pierde nunca la esperanza. Personalmente, nunca he experimentado nada ni remotamente parecido a eso.

Lo que me mantiene en pie, de buen humor y pleno de vigor anímico es comprobar cómo existe un grupo de seres humanos –pequeño, pero irreductible– que siguen buscando la sensatez, la reflexión y la lectura como guía para sus vidas. Eso sí que es una conjura de las buenas. Ríete tú de los conspiranóicos. 2024 constituirá una cuenta más en ese collar que tales conjurados empezaron a engarzar desde Sócrates y pasó por Kant, Hume y tantos otros joyeros. Eso sí que son superhéroes. La épica de su lucha infatigable me llena de energía. 2024 será un nuevo escenario de ese combate. Venceremos. Un saludo para los fieles.