Opinión

Algo más que Ibiza

Ibiza es también humanidad, ayuda, trabajo, esfuerzo por hacer algo por los demás

Si el viajero cree que en una ciudad tan internacional como Ibiza –quizá el destino de vacaciones estivales más cosmopolita y sofisticado, me arriesgaría a decir de toda Europa, con Saint Tropez y Cerdeña-, solamente se va a encontrar con frivolidad, diversión, bellísimas calas, gastronomía del momento, los barcos más lujosos, cuerpos bien esculpidos y dorados al sol, caras conocidas del mundo del arte, la música, la intelectualidad… si el viajero cree todo eso, no se equivoca. Pero Ibiza también es paz y es espiritualidad; es un lugar donde encontrar el equilibrio a través de la hermosura y el encanto que nuestros ojos perciben miremos hacia donde miremos, y un añadido: también es solidaridad y humanidad. Cada año, con la colaboración de catorce cocineros estrellas Michelín, se lleva a cabo un acontecimiento culinario para dar placer al paladar y al estómago, sí, pero también con la intención fundamental de recaudar fondos para una asociación de padres que viven el sufrimiento infinito de tener niños con cáncer. En actos como éste, los ibicencos y gentes venidas de otros rincones de España y del extranjero se vuelcan para arrimar el hombro en una causa en que la sensibilidad aflora sobre nuestra piel y no reparamos en esfuerzo para cumplir objetivos. En este sentido todo el afán, el ahínco, el brío, el impulso, el ánimo y el denuedo se persona en su capitana, Nuria Moreno, que no se sabe muy bien si es de este mundo, porque además de organizarlo todo y para tantísima gente, luego actúa de maestra de ceremonias en una cena con espectáculo donde las actuaciones se suceden tal que si fuera un cabaret de nuestro tiempo. Cantantes, equilibristas, contorsionistas, magos, tríos de música, todo lo inimaginable dentro de una noche donde la alegría y las ganas de celebrar sobresalen por encima de cualquier sentimiento como una tarta de pisos, quizá como un rascacielos. Nadie puede imaginar el trabajo que hay detrás de todo aquello y las ansias de colaboración por parte de las personas que acuden a la convocatoria con el entusiasmo por aportar cada uno, en la medida de sus posibilidades, su importantísimo grano de arena. En medio de todo esto, no perdamos de vista que se trata de un festival culinario donde cada bocado es exquisito, donde cada sorbo de bebida está especialmente preparada o elegida para complacer al paladar más exigente. Y, sobre todo y por encima de todo, la cordialidad de la gente con ganas de acercamiento para que entre todos hagamos un bloque solidario, que es la finalidad de la reunión.

Sí, Ibiza es mucho más que juerga, diversión, copas, bikinis, cuerpos gloriosos, barcos, lujos, enormes botellas de champán helado. Ibiza es también humanidad, ayuda, trabajo, esfuerzo por hacer algo por los demás. En este mes del año la temporada va aligerándose, pero el afán de trabajo y de ayuda permanece en todo tiempo, y capitanas como Nuria no descansan en su afán de apoyo, ayuda, respaldo y resistencia en favor de los demás. ¡Enhorabuena y hasta el año próximo!