Canela fina

La alianza de Podemos y el Partido Comunista

«Tras las elecciones generales de 2019, Pablo Iglesias consiguió instalar, por primera vez, ministros comunistas en el Gobierno democrático»

«Izquierda Unida y Podemos pactan en más comunidades que nunca», titulan varios diarios digitales; es decir, el Partido Comunista y Podemos, porque IU es el partido comunista enmascarado. Desde el punto de vista de la extrema izquierda ambas agrupaciones hacen muy bien ya que el voto comunista se manifiesta abundante pero disperso en toda España y solo con los sufragios que coseche Podemos puede el PC disponer, tanto en las autonómicas y municipales, como en las nacionales, de una representación adecuada a su realidad política.

Pablo Iglesias, autor del éxito comunista en las elecciones del año 2019, ha promovido con gran generosidad a Yolanda Díaz, empecinada en organizar una nueva sigla, Sumar, en la que su partido, el comunista, disponga del mando y del control. Como parece lógico, Podemos no está dispuesto a que se arrolle su presencia. Sin la fuerza podemita, el partido comunista de Yolanda Díaz se quedaría en muy poco, tal y como ha ocurrido durante los cuarenta años de la democracia española. Sumar sin Podemos puede convertirse en humo. Y para contar con Podemos, Yolanda Díaz debe poner los pies en la realidad, reconocer lo que los podemitas significan, renunciar a su absorción y, olvidando las consignas partidistas, darles el lugar que les corresponde en la izquierda radical.

Ni Santiago Carrillo ni Pasionaria ni Anguita tuvieron fuerza considerable tras el triunfo en España, frente al franquismo decadente, de la democracia pluralista plena. Podemos se alzó hace unos años con más de 5.000.000 de votos y Pablo Iglesias, con un resultado menos brillante en las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019, protagonizó la hazaña de instalar en el Gobierno a ministros comunistas.

En Canarias, en Extremadura, en Baleares, el Partido Comunista y Podemos han logrado acuerdos para las elecciones municipales y autonómicas. Y negocian en otras Comunidades y Ayuntamientos. Pedro Sánchez contempla con ira cómo le madrugan por el territorio político a la izquierda del PSOE. Pero está casi inerme porque no puede abandonar el centro izquierda socialdemócrata que es su granero de votos. Son muchas, en fin, las dificultades que encontrará el PP para entenderse con Vox, pero muchas más las que el sanchismo padece con sus impertinentes aliados políticos.