Insensateces

Amigas

Cuando más la necesitaba, Sonsoles recibió el mejor de los soportes

A Sonsoles Ónega la quiso hundir la crítica de un periódico que tiene un suplemento dedicado a la cultura. Sonsoles ganó el Premio Planeta de Novela de este año por «Las hijas de la criada» y esa crítica, en ese periódico, fue despiadada. Nadie dice que no pueda hacer el autor del artículo lo que se le ponga en lo alto, pero parte del texto y, sobre todo, algunos calificativos, parecen innecesarios a todas luces. Es más: me atrevería a decir que no ha habido una crítica tan sumamente implacable hacia el libro de un señoro. Me da la sensación, además, de que hay algo de inquina hacia el Premio. Por quién está detrás y por estar bien pagado, que son dos circunstancias, por cierto, muy atractivas. La primera hace referencia a un grupo editorial de formación y comunicación que, todos los años, se ocupa de hacer de la literatura un evento noticiable. La segunda parece más sencilla: que el premiado reciba un montante elevado no hace ni mejor ni peor su libro; lo que hace es convertir la convocatoria en una cita digna para un escritor, dado el tiempo invertido en acabar su trabajo. A Sonsoles le han pagado bien, entre otras razones, para tener que aguantar críticas. Algunas mejores y otras pasadas de rosca, inflamadas y muy motivadas por distintas circunstancias que no tienen que ver con ella o, al menos, esa sensación queda.

Ahora bien, todo eso lo mandó al carajo el gesto de una amiga. Una amiga que no es cualquier amiga. Una amiga que, en ese momento en el que puede intuir cierta debilidad de ánimo, acude a comerse una cola de cuarenta minutos para dar un abrazo a su colega. Hay que ser una reina para saltarte todo el protocolo y acudir a hacer lo que te sale del mismo por una amiga. Y así lo hizo Letizia. Cuando más la necesitaba, Sonsoles recibió el mejor de los soportes. No porque sea la Reina de España, sino porque, en ese momento, ni existía Reina ni escritora. Eran dos mujeres que se quieren. Y para reventar un poco más el cuento a los señoros, se trata de sororidad, ese término que tanto escuece y que tan buenos ratos nos da a las señoras, amigas.