Sin Perdón

Ayuso, la némesis de Sánchez

«Ayuso le gana en todos los terrenos. Es algo que le desespera»

Es evidente que Sánchez está obsesionado con Ayuso. Es el mejor regalo de cumpleaños que podía recibir este jueves la presidenta madrileña. Está en plena forma, cuenta con una mayoría absoluta, la gestión de su gobierno es excelente y no tiene oposición. En cambio, Sánchez está desencajado, tiene problemas judiciales graves, su Gobierno es un fracaso y no dispone de una mayoría parlamentaria sólida. Por ello, le ataca siempre que puede. Es tan torpe que no le ha regalado una caja de frutas por sus 46 años. Le falta ingenio. El sanchismo se caracteriza por su estilo macarra, la ineficacia, los escándalos, las chapuzas de Ábalos y sus compañeros de correrías y el desprecio por el mérito y la capacidad. Por más que se empeñe Sánchez en su ridícula obsesión por Ayuso, la realidad es que la trayectoria de su enemiga es impecable. Nada que ver con la suya. La campaña contra su novio ha fracasado. Es cierto que la izquierda política y mediática se tomó mucho empeño, pero todo se circunscribe a sus problemas con Hacienda. Es algo que siempre se resuelve con la conformidad, pero como es el novio de Ayuso había que buscar su destrucción personal y profesional. Han fracasado. No hay ni corrupción ni tráfico de influencias.

Ha sido una campaña de acoso espectacular, pero se ha dado de bruces con la realidad. No ha tenido ningún recorrido. Hay que reconocer la perseverancia de Sánchez en hacer las cosas mal y utilizar las instituciones del Estado como si fueran de su propiedad. No ha conseguido nada, salvo hacer el ridículo. Madrid es un ejemplo de la buena gestión. Esto explica por qué le da la espalda. La pugna política es razonable e incluso que no tenga simpatía por la presidenta madrileña, pero la mentira es una práctica deleznable. He de reconocer que me sorprende que se considere superior. Es una impostura. Ayuso le gana en todos los terrenos. Es algo que le desespera. Es un macho alfa, como le definen sus amigos y colaboradores, que necesita ser el centro de atención. Uno de ellos me decía que su mayor fuerza es su mayor debilidad: la falta de empatía. Es lo que le diferencia con Ayuso, que gana con mayoría absoluta porque es empática, ética y no es una mentirosa.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)