Al portador
El beso imposible Feijóo-Sánchez
«El líder del PP busca un perfil de estadista y el del PSOE distrae y gana tiempo hasta que los «indepes» le den su apoyo»
George Sand, pseudónimo de Amantine Aurore Lucile Dupin (1804-1876), novelista y activista francesa que, para escándalo de su época vestía ropas de hombre y tuvo varias parejas además de su marido, escribió que «el beso –ahora añadiría que consentido– es una forma de diálogo». Es extraño que, con el beso de protagonista en este final de agosto, nadie haya recuperado la cita de quien también tuvo una relación con Prosper Merimée (1803-1870), el autor de «Carmen», la novelita en la que se basó la ópera del mismo nombre, quizá el primer musical moderno. El «pico» del zafio Rubiales –que ahora busca una indemnización por despido y por eso no dimite– a Jennifer Hermoso pudo ser muchas cosas, pero no un diálogo, desde luego.
Feijóo y Sánchez se reunieron ayer y no hubo, ni podía haber, ni beso ni tampoco diálogo, a pesar de que el primero planteó una propuesta novedosa, legislatura de dos años, consciente de que su interlocutor la rechazaría. El líder del PP sabe que ahora no será presidente, pero que debía intentarlo y ofrecer un perfil de estadista. El jefe de los socialistas, que desprecia a su adversario, necesita tiempo para que los «indepes» maduren y pueda renovar el alquiler de la Moncloa. Los socialistas acusan a Feijóo de retrasar la formación de un Gobierno. Es un reproche tramposo. Si Sánchez le hubiera dicho al Rey que tenía los apoyos necesarios, ahora se centraría en preparar la sesión de investidura. No los tenía y no los tendrá hasta después de la Diada y del aniversario del 1-0. Como debía llevar algo a la reunión con Feijóo retomó la renovación del Poder Judicial, un asunto en el que PSOE y PP tendrán que ponerse de acuerdo y que sin beso consentido –diálogo y cesiones mutuas– es imposible. Willy Brand (1913-1992), histórico líder socialdemócrata alemán, que apoyó a Felipe González, solía explicar que «no somos elegidos por Dios, sino por el electorado; por lo tanto, buscamos el diálogo con todos aquellos que ponen esfuerzo en esta democracia». Feijóo adorna su propuesta con una imagen de la firma de los Pactos de la Moncloa, el Grial de los acuerdos políticos en España, mientras Sánchez espera de los «indepes» –pactar es darles la razón– el ósculo, Rubiales seguro que lo ignora, que llamaba diálogo George Sand.
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