Tribuna

Los bolonios y el gobierno del Colegio de España: una disputa a la espera de su fin

El Colegio hoy día es noticia no por los éxitos de sus colegiales (y ahora también colegialas), sino por una guerra intestina en torno al rectorado del Colegio que ha fragmentado la comunidad de los bolonios

Los bolonios y el gobierno del Colegio de España: una disputa a la espera de su fin
Los bolonios y el gobierno del Colegio de España: una disputa a la espera de su finBarrio

El Real Colegio de España en Bolonia es una institución única, fruto de la genialidad visionaria de uno de los grandes hombres que ha dado nuestro país, el cardenal Albornoz, quien en 1364 ordenó su fundación como Casa para los españoles que quisieran estudiar en la universidad más antigua del mundo, la de Bolonia. Es el único colegio medieval que ha logrado persistir a lo largo de la historia continental, nutriéndose con sus propios fondos y bajo el protectorado de la Corona de España y de la Iglesia.

Pero, por desgracia, el Colegio hoy día es noticia no por los éxitos de sus colegiales (y ahora también colegialas), sino por una guerra intestina en torno al rectorado del Colegio que ha fragmentado la comunidad de los bolonios, dando al traste con la fraternidad que nos debería unir.

De hecho, en las páginas de este periódico se ha presentado como noticia lo que es un relato de parte al que, respetuosamente, me permito contestar. Un relato que asume que el Colegio está en peligro ante un intento de “apropiación” gubernamental. Algo que se mantiene sin reparar en lo inverosímil de una conspiración que tendría que ser no ya gubernamental, sino de Estado, porque se habría mantenido con Gobiernos de dos colores políticos distintos, con seis ministros de asuntos exteriores diferentes y otros tantos embajadores; en la que estaríamos involucrados no pocos excolegiales; y que, para prosperar, exigiría la connivencia de la Iglesia y de la Casa Real. Un dislate que puede servir de trama para una novela, pero con el que habría que llevar cuidado si se pretende convertir en pieza informativa.

Además, aunque hay un sector entre los excolegiales que comparten esa tesis, no son una mayoría entre los varios centenares de bolonios hoy día vivos. Cosa distinta es que aquellos estén movilizados mientras que los más permanecen indiferentes y descorazonados ante estos enfrentamientos fratricidas. Una realidad que conviene apuntar si se tiene un mínimo aprecio al rigor, por mucho que alguien se pretenda erigir en altavoz de una de las facciones.

A partir se ahí, los hechos y el Derecho desacreditan la posición de quien hoy detenta el rectorado del Colegio. Como advertía el Consejo de Estado en un dictamen de 2021 resulta necesario “poner fin a la anómala situación existente, en que la Junta del Patronato está funcionando de manera irregular; se ha impedido la toma de posesión al Rector legítimo, nombrado legalmente por el Rey; las funciones de éste se están detentando por quien no lo ha sido y se está produciendo una litigiosidad muchas veces injustificada y en todo caso poco ejemplar”.

Pero, vayamos a lo sucedido. En 2014, el rector García-Valdecasas anunció su jubilación en una reunión extraordinaria del Patronato del Colegio y, en consecuencia, se procedió a nombrar sucesor. El elegido fue un catedrático de la Universidad de Jaén, Ángel Martínez, algo que produjo una cierta sorpresa porque no figuraba entre los preferidos de García-Valdecasas y ni siquiera era de su círculo. Pero, lo que no se puede negar es que era de los pocos que reunía las preferencias estatutarias: en particular, ser excolegial menor de cuarenta y cinco años y pertenecer a las carreras Diplomáticas o del Profesorado, algo que, en buena lid, el Patronato tradujo en buscar un Catedrático.

Se produjo entonces una revuelta de los afines al exrector García-Valdecasas. Se extendió la teoría de la conspiración gubernamental liderada por el exministro García Margallo y se adujeron vicios en la elección del nuevo rector. Además, en una votación a la búlgara se depuso al representante de los colegiales en el Patronato, don Fernando Suárez, para nombrar a un afín. En 2020, la Audiencia Provincial de Madrid declaró la irregularidad de esta votación, reponiendo a don Fernando Suárez como miembro de pleno derecho del Patronato en representación de los excolegiales. Además, de acuerdo con los Estatutos del Colegio de 1919, también son miembros del Patronato el jefe del linaje o Casa de Albornoz, que desde hace varias generaciones recae en el Duque del Infantado, el Arzobispo Primado de Toledo, un representante del Ministerio de Asuntos Exteriores, y un representante de la Casa del Rey.

Pues bien, este cisma comportó que la Junta del Patronato legítima no volviera a reunirse entre 2014 y 2021. Además, espoleado por el grupo afín a García-Valdecasas, en noviembre de 2014 el entonces Duque del Infantado comunicó que anulaba el nombramiento del rector Ángel Martínez que poco antes había decidido el Patronato, que él mismo presidía. Pero no hace falta ser jurista para comprender su incompetencia: ¿acaso puede el presidente de un órgano por sí sólo anular una decisión del Patronato? Aquel nombramiento fue decidido por la Junta al completo, vehiculizado mediante real decreto, firmado por el Rey y publicado en el BOE por lo que en principio es válido. Si hubo algún defecto de forma en la tramitación (no en el fondo de la decisión), lo decidirá prontamente el Tribunal Supremo en respuesta a un recurso que hay planteado.

Mientras tanto, las funciones rectorales las siguió ejerciendo, primero, el exrector García-Valdecasas, asistido por uno de sus mayores fieles, el sr. Gutiérrez Alonso, quien en 2017 fue nombrado rector, cuando ni siquiera era profesor titular, en una reunión irregular del Patronato, a la que no asistieron la mayoría de sus miembros. Y en esas seguimos: el rector con nombramiento legal todavía hoy no ha logrado recoger las llaves del Colegio después de nueve años, mientras que la facción de García-Valdecasas ha mantenido en precario la posesión del Colegio.

Pero hay más. También ha sido disputada la presidencia del Patronato. Hay quien vincula esta al Marquesado de Ariza y quien entiende que la jefatura de la Casa de Albornoz le corresponde a la actual Duquesa del Infantado. El Consejo de Estado no se ha pronunciado, pero sí que ha señalado que la presidencia no va vinculada a título nobiliario alguno, por lo que tiene sentido que, si el anterior Duque del Infantado fue reconocido como cabeza de del linaje de Albornoz, sea ahora su primogénita la que ostente tal condición.

En cualquier caso, más allá de estos y de otros pleitos, la salida a esta situación debe darla el Patronato. Y, precisamente, en junio de 2021 se vio algo de luz cuando se volvió a reunir por fin en su composición legítima. Una reunión que fijó las bases para la vuelta a la normalidad que nunca debió haberse perdido. Urge, por tanto, que el Ministerio de Asuntos Exteriores, de conformidad con los Estatutos del Colegio, dé actuación a este acuerdo de la Junta del Patronato y recupere la posesión del Colegio para entregarla al rector legítimo, el sr. Ángel Martínez, de forma transitoria. Y, a partir de ahí, que se promuevan las reformas legales oportunas, en aras de adaptar el régimen jurídico del Colegio reconociéndolo como institución española de base fundacional y origen privado, cuya finalidad fundacional es el mantenimiento de un colegio mayor en la ciudad de Bolonia, con significación católica, abierta a hombres y mujeres como colegiales en igualdad de condiciones, y que, sin ser pública, mantiene una estrecha relación con el Estado español. Conjurándose así cualquier temor de apropiación gubernamental.

Entonces, sólo quedaría que el Patronato nombrara como rector a una persona de reconocido prestigio académico y dilatada experiencia profesional, con una auctoritas capaz de suscitar consensos entre los bolonios.

Nuestro Colegio se merece recuperar la armonía para cumplir plenamente con sus fines fundacionales, ofreciendo a jóvenes españoles una formación académica de excelencia y cultivando un espíritu enraizado en el humanismo cristiano.

Germán M. Teruel Lozano. Excolegial del Real Colegio de España y profesor de Derecho constitucional. Universidad de Murcia