Sin Perdón

La camiseta sudada de Sánchez

«El discurso sanchista es interesante, porque se reduce a dividir la política en buenos y malos»

El PSOE debería abrir una nueva línea de negocio con las camisetas sudadas de Sánchez. No hay más que ver el valor que alcanzan en Estados Unidos las que han utilizado los jugadores de la NBA o en nuestro país las grandes figuras del fútbol. A los fans les encanta coleccionar objetos de sus ídolos. Han sustituido a los Santos de toda la vida, aunque hemos perdido porque muchos no tienen unas vidas precisamente ejemplares. Me resultan más fascinantes los dioses, semidioses y héroes de la mitología griega, aunque después de escuchar este lunes la entrevista de Sánchez en la radio amiga creo que podría incluirse en esa categoría. No hay nada mejor que la propaganda en los canales temáticos del PSOE. Me gustó la referencia a sudar la camiseta, aunque me cuesta entenderla. Hago esta aclaración porque lo único que vimos con los tres decretos ley fue una absoluta rendición, ya que hicieron ocho concesiones a cambio de una abstención. La aplicación de la lógica nos lleva a la conclusión de que el voto favorable hubiera costado 16 cesiones. Es posible que Nogueras y Turull no fueran capaces de encontrarlas. Por ello, se conformaron con ese botín.

A estas alturas parece que sudó poco la camiseta, aunque insisto en que deberían explorar esta línea de negocio. Me imagino un futuro ilusionante con todos los niños y los jóvenes acudiendo a la escuela con su camiseta de Sánchez en honor al garante de la estabilidad y el progreso. El discurso sanchista es interesante, porque se reduce a dividir la política en buenos y malos. Por una parte, está el inquilino de La Moncloa y sus patrióticos aliados como Otegi, Puigdemont, Junqueras, Ortuzar, Díaz e Iglesias. En el otro lado se encuentra la oposición destructiva de Feijóo, que cambia de opinión con un par de portadas de medios de derechas. Le faltó incluir una conspiración empresarial, porque los poderes oscuros no entienden que han de someterse a sus designios. Me recuerda la conspiración judeo-masónica o las series y las películas estadounidenses dedicadas a estos menesteres. A pesar de lo malo que es Feijóo y su partido, volvió a insistir en que le tienen que apoyar.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)