Tribuna

De un campo de tierra a la cima del Olimpo

Lo realmente determinante es saber si en el deporte, en este caso, nuestras hijas van a tener las mismas oportunidades que sus hermanos

Aitana jugaba con niños al fútbol. Era la única jugadora en un equipo de chicos que jugaban contra chicos. En Sant Pere de Ribes, un pueblo a 40 quilómetros de Barcelona y a 3 de Sitges, una de las localidades costeras con más relumbrón en el Mediterráneo. Su nombre, Aitana, evoca la sierra valenciana de Aitana. Y su pico más alto. Por algo tiene raíces valencianas. Su padre es de Ontinyent. De ahí la inspiración.

Aitana no lo tuvo fácil. Tampoco cuando el FC Barcelona se interesó por ella. Hasta infantiles jugó en el CD Ribes, un modesto club de la comarca del Garraf que nunca ha ganado nada ni destacado en categorías inferiores. Si ahora brilla es precisamente por el fútbol femenino. El CD Ribes cuenta ya con siete equipos de chicas. Lo que les garantiza tener continuidad y poder jugar en todas las categorías. Algo ha cambiado para bien desde que Aitana Bonmatí empezó jugando a básquet en la pista del Colegio para luego arrear puntapiés a un balón en un modesto campo al lado de una riera.

Aitana se hizo fuerte peleando entre chicos y con el estigma social de una sociedad que no daba cobijo a chicas futbolistas. Sin duda que la experiencia la curtió. Para entonces el CD Ribes contaba sólo con un campo de tierra donde la pequeña Bonmatí (apellido de la madre) se dejó en más de una ocasión las rodillas. Para jugar y para entrenar. No había más. Hoy ese campo es de césped artificial. Y vive un momento glorioso. Más de medio millar de jóvenes en el fútbol base. Lo cierto es que Aitana no pisó un campo de hierba hasta que su padre Vicent Conca la llevó en coche, a los 14 años, al Barça. Un ojeador se fijó en esa chica que se lucía en un equipo de chicos en las divisiones regionales para infantiles y le abrió las puertas de un gigante europeo, el Barça, club que apostó con determinación por una sección de fútbol femenino. Por lo menos en la élite.

Aitana es una historia de superación, como tantas otras en el deporte femenino, con el añadido de que es fútbol. Un deporte, el más popular de todos en Europa, que no invitaba a las mujeres a jugar. Pese al reconocimiento inherente al fichaje, tampoco el hecho de llegar al Barça se lo puso fácil. Muchas dudas por el camino, muchos quilómetros de ida y vuelta, mucho sacrificio, llegando a casa rendida, en el autobús de media noche. De ahí hasta llegar a ser no sólo Campeona del Mundo, también la mejor jugadora del campeonato celebrado entre Nueva Zelanda y Australia (nuestras antípodas), transcurren pocos años. Porqué es una mujer joven. Cumplirá 26 primaveras el próximo 18 de enero.

A Aitana la ha comparado Guardiola con Iniesta. Y ella se lo ha agradecido mostrando su admiración por Guardiola. Aunque ella es más fan de Xavi Hernández y caracolea como lo hacía el antaño mediocampista azulgrana. Hoy entrenador del primer equipo del Barça. Lo cierto es que a la Selección Española le sienta bien lo barcelonista. Y lo catalán. Si en 2010 fue la columna vertebral del Barça de Guardiola la que aupó España al Campeonato del Mundo de Sudáfrica, ahora siete jugadoras del Barça fueron titulares en ese equipo de Jorge Vilda que venía de padecer una revuelta interna que ha dejado fuera –por decisión propia- a 13 seleccionadas. Ganar en esas condiciones da aún más valor al triunfo de un equipo que ha tenido en la catalana Aitana Bonmatí Conca a su cerebro organizador.

Aitana lleva camino de arrebatar a su compañera Alèxia Putellas el galardón de Balón de Oro. Ambas juegan de centrocampistas y ambas son goleadoras. Sólo que Aitana es más menuda , mide 11 centímetros menos. Y pesa 16 quilos menos. Tiene mucho menos cuerpo. Pero su habilidad con el balón es proverbial. Por eso su afecto por los pequeños de esa España que ganó en Sudáfrica, por eso el entrenador del Manchester City la compara con otro canterano del Barça, Andrés Iniesta.

Aitana ha logrado un triunfo histórico en lo deportivo. Está por ver si ese espaldarazo se traslada también al fútbol femenino, al deporte en su conjunto, a la sociedad. No ya por la polémica generada por el sorprendente beso de Rubiales a Hermoso en la boca. Eso es el chocolate del loro. Lo realmente determinante es saber si en el deporte, en este caso, nuestras hijas van a tener las mismas oportunidades que sus hermanos. No se trataría de prohibir nada, como se prohibió en Cataluña jugar a fútbol en el patio de los colegios si no que ellas también puedan jugar con plenitud si lo desean.