Tribuna
Carta abierta a Fernando Martínez López, secretario de estado de Memoria Democrática
Espartero era un militar duro y de tendencias absolutistas que fue evolucionando políticamente por influencia de sus estrechos colaboradores Francisco Linage y José Félix Allende-Salazar y Mazarredo
Querido Fernando, he leído con sorpresa y estupor la resolución de 21 de julio incoando la «declaración de lugar de memoria la Casa Palacio de Espartero, en Logroño».
No voy a entrar a analizar la ortografía (mayúsculas y acentos, especialmente) que para el redactor del texto parece es un arcano. Tampoco voy a discutir las propuestas incluidas en el BOE de 26 de julio, que espero se vean completadas con la de considerar como un nuevo lugar de la memoria democrática la estatua de Viriato que se encuentra en Zamora.
Ciertamente el texto contiene varias erratas y errores, algunos de los cuales te los voy a señalar, y que obedecen a una apresurada y poco profesional redacción. Gracias porque nos habéis enseñado a los especialistas que el Trienio Liberal discurre entre 1829 [sic] y 1823.
Me voy a centrar en el personaje, tema que ha sido objeto de mi tesis sobre la Revolución de 1854, y posteriormente en mis estudios sobre la Primera Guerra Carlista en numerosos archivos españoles; y así como en otros extranjeros (Austria, Francia, Italia, Reino Unido y Vaticano).
El primer error es el del nombre, sobre el que se opta por la versión popular en lugar de la legal (Joaquín Baldomero Fernández-Espartero Álvarez). A continuación, se incluyen en el texto toda una relación de tópicos como el de calificar «su modesta condición de hijo de un carretero», lo que se contradice bastante con los testamentos realizados por sus dos progenitores.
Existen además una serie de circunstancias, algunas mencionadas y otras ignoradas o desconocidas por el autor. Se habla de liberalismo, pero al mismo tiempo se menciona que se fue a América a «reprimir la rebelión independentista de las colonias». Término este último, colonia, que no se usa ni en la Recopilación de Leyes de los Reynos de Indias ni en la Constitución de 1812.
Resulta sorprendente la manipulación política de la figura de Espartero, sobre cuyo liberalismo hay que precisar muchos extremos. En primer lugar Espartero tuvo unos inicios absolutistas. Hay una carta de 1826, tras su regreso de Bagnères (Francia), delatando las actividades de los liberales exiliados «que tanto daño han hecho al rey y a la patria», información que el profesor Cepeda Gómez ya publicó en 1981.
En noviembre de 1835 un batallón de chapelgorris guipuzcoanos asaltó iglesias, robó objetos de culto, e incluso asesinó a algunas personas. Unos días más tarde Espartero dirigió personalmente el fusilamiento de sus integrantes sacados a sorteo. Tras el asesinato del general Rafael Ceballos-Escalera (16.8.1837) por la tropa amotinada, Espartero esperó dos meses y medio y el 30 de octubre en Miranda de Ebro hizo formar a las tropas, y, de acuerdo con sus fieles colaboradores (Van Halen, Zabala y Ponte), rodeó a los soldados que se habían amotinado. Les amenazó con diezmar la tropa entera si no identificaban a los responsables, que fueron delatados por sus compañeros, y les fusiló allí mismo sin mediar juicio.
Espartero era un militar duro y de tendencias absolutistas que fue evolucionando políticamente por influencia de sus estrechos colaboradores Francisco Linage y José Félix Allende-Salazar y Mazarredo. Y cuando gobernó (Regencia y Bienio Progresista) acabó peleado con una parte importante del liberalismo que no aceptaban sus actitudes ni sus concesiones.
Existen además algunas erratas e imprecisiones que voy a mencionar rápidamente: la batalla de Luchana fue el 24 de diciembre de 1836 y no en 1835; fue nombrado ministro de la Guerra en 1837 y 1838, pero nunca ocupó el cargo que fue ejercido por suplentes; también fue presidente del Consejo de Ministros en 1837, y no se menciona; se habla de la reina Isabel en 1840 cuando sólo era princesa de Asturias; se olvida mencionar la sublevación moderada de 1841; no se menciona que en la sublevación de 1843 colaboró una parte del Partido Progresista; se dice que del exilio volvió en 1848 directamente a Logroño sin pasar por Madrid, cuando en realidad se trasladó a la Corte (18.12.1847) para tomar posesión de su escaño en el Senado (13.1.1848) y diez días más tarde se trasladó a Logroño; el Bienio Progresista no le proclamó presidente del Consejo de Ministros, sino que fue la reina quien lo nombró.
Hay una notable imprecisión terminológica: se habla del Archivo Histórico de la Provincia (cogido de Wikipedia) cuando en realidad se llamaba Archivo Histórico Provincial (RD 21.8.1934, BOE 23.8.1934); se habla en una ocasión del Museo Provincial de Logroño y en otra se le llama Museo de La Rioja, su nombre oficial.
Como al parecer se ha actuado de forma apresurada, utilizando el «copy paste» en otra parte del texto se hace referencia a la «Casa Palacio de Riego (Logroño)».
Me parece que en la redacción del texto se podía haber utilizado fuentes de más nivel que la Wikipedia, y ciertamente creo que sería necesaria una mayor profesionalidad en la redacción de estos documentos.
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