Elecciones Generales 2016

A todo tren

La Razón
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«España amenazada» es el libro que Luis De Guindos, ministro de Economía en funciones, ya tiene completamente acabado. Lo presentará en el mes de septiembre y aspira a que se lo presente Mariano Rajoy, ya investido como nuevo presidente. De Guindos lleva tres debates en apenas una semana con sus adversarios. Se ha ceñido al guión que esgrime en su libro, y que se ha convertido en el mantra del PP: España estaba abocada a un rescate, con un paro desbocado y una economía hecha trizas, y el Gobierno la ha dejado en la senda del crecimiento. Guindos pone voz a esta tesis, que maneja con soltura, y ha salido airoso de los tres debates, incluido el que se celebró el martes en Santander, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, bajo la atenta lupa de los miembros de la Asociación de Periodistas Económicos. Dicen los allí presentes que pasó el examen con nota.

Las recetas del ministro son seguidas al pie de la letra por el presidente del Gobierno. Se le nota que se encuentra a gusto en ese argumentario, como lo demostró en la entrevista que le hizo Antonio Jiménez en 13 TV. Estamos acostumbrados a ver a los líderes políticos en las televisiones haciendo de todo. Haciendo rallyes, escalando, con Susanna Griso desvelando intimidades, rodeados de niños con Ana Rosa Quintana, en casa de Bertín, pasando pruebas rocambolescas con Pablo Motos y sometiéndose a todo tipo de entrevistas. Sin embargo, Rajoy puso el miércoles encima de la mesa otra modalidad: entrevista en el AVE, a trescientos kilómetros por hora. O sea, campaña a todo tren. Quien también va a todo tren es la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas. Fue un descubrimiento en las autonómicas de 2015 y llevó a su partido a ser el primero de la oposición. En estas generales no es candidata, pero como si lo fuera. Desde el debate de mujeres de Antena 3TV no para. No pasa día sin que esta jerezana-catalana deje su impronta. Habrá que tenerla en cuenta.

Además, Arrimadas ha dejado de ser el enemigo a batir del independentismo. Los «indepes» dirigen su fuego graneado contra los chicos de Podemos desde que Pablo Iglesias dijo que el referéndum independentista no es una línea roja para negociar la formación de gobierno. Como lobos en busca de presa, los chicos de Convergència y Esquerra Republicana han señalado a los nuevos «botiflers» –traidores– de Cataluña. Colau, Doménech e Iglesias son blanco de las más sangrantes críticas de los «indepes» que intentan recuperar el voto que parece que le niega «la mayoría del pueblo de Cataluña». A esta caza de brujas se han sumado dos antiguos dirigentes de la CUP, Antonio Baños y David Fernández, que buscan su nuevo puesto bajo el sol.

En estos días, las palabras de los candidatos y, sobre todo, sus meteduras de pata hacen las delicias de los periodistas. Somos implacables y no perdonamos ni una. Somos como aquellos profesores que miran a cara de perro a los estudiantes que están haciendo su examen de fin de curso. Sin embargo, también los periodistas sabemos reconocer cuando alguien no miente y cumple lo dicho. Lo justo es contarlo. Cándido Méndez dejó, en el mes de marzo, la Secretaría General de la UGT. En su discurso de despedida dijo que se dedicaría a «la familia y a ayudar al Padre Ángel». Méndez ha cumplido. Se le puede ver, al menos un día a la semana, en la sede de Mensajeros de la Paz, en la calle Hortaleza de Madrid, echando una mano a los voluntarios de la ONG. Justo enfrente, Méndez tuvo su despacho durante años y así entabló una estrecha amistad con el Padre Ángel.