Irene Villa
Aliados en la red
La noticia del suicidio de una joven por ser insultada en una red social en Inglaterra nos ha dejado atónitos. Cierto que internet es un instrumento único y maravilloso para acceder a la información, el entretenimiento, la necesaria comunicación tanto laboral como personal, especialmente cuando los seres queridos están lejos... pero también se trata de un mundo ilusorio que atrapa a quien permite que su vida gire en torno a él, y donde el anonimato reinante puede llegar a convertirse en cómplice de las más insospechadas felonías. Preocupa que los malhechores aprovechen los datos publicados en las redes sociales para hacer de las suyas. La Fundación Aliados protege a los más pequeños del ciberacoso. Trabaja para salvaguardar la integridad y el desarrollo emocional e intelectual del menor, pero debemos aunar esfuerzos y conocer las nuevas tecnologías y sus formas de uso para evitar poner en peligro la defensa de los más pequeños. Y más allá de los problemas de seguridad, intimidad y protección de datos, es triste que hasta las relaciones interpersonales estén quedando relegadas a ese adictivo cibermundo que va usurpando cada vez más ámbitos del mundo real. Porque cualquiera puede crearse a través de la red un entorno social repleto de amigos pero también, después de tanto chatear, agregar nuevos amigos, conectarte con gente del otro lado del mundo... descubrirse, a la hora de la verdad, solo y vulnerable, como esta joven británica que, indefensa ante los insultos y amenazas a su perfil social, creado presumiblemente para el fin opuesto, a sus catorce años ya descansa en paz.
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