Política

Back to black

La Razón
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He aquí el otoño sigiloso, con su luz distante y sus hojas por los suelos. Una estampa que casa con nuestro panorama político, decadente en funciones. En estos momentos, pongo la mano en el fuego y no me quemo cuando afirmo que una inmensa mayoría de mortales nos interesamos más por los chismes vivos sobre el divorcio Jolie-Pitt que por las políticas caseras, terminales. Aún así, imposible escapar de la realidad, se nos amontonan los acontecimientos. Inauguramos una semana informativa a lo grande, cámaras en alto para informar sobre Galicia y País Vasco –con su correspondiente repercusión nacional– y para mostrar, a partir de hoy, sentados en el banquillo de la Audiencia Nacional, a 65 ex altos cargos de Caja Madrid y Bankia, incluidos sus antiguos responsables, Blesa y Rato. Se les acusa de un supuesto delito continuado de apropiación indebida. Mal que les pese, estos señores encarnan el lado más obsceno de nuestro sistema bancario, arrastran a preferentistas razonablemente encendidos a las puertas de los juzgados y nos recuerdan a todos la descomunal herida que sufrimos en 2012 como país. Resulten o no culpables, algunos de ellos son ejemplo sonrojante del despilfarro y la picaresca que derivaron en un amago de rescate nacional, asomándonos todos al precipicio europeo. La prima de riesgo emergió como concepto de uso diario, mi madre y la tuya lo incluyeron, súbitamente, entre sus preocupaciones domésticas. Ahora el término de moda tiene acento italiano, sorpasso lo llaman. Incertidumbre añadida a un país atenazado por el desafío independentista.

Volviendo a la Audiencia, «back to black», De Guindos relata en su libro «España amenazada» –oportuno título– que se sintió muy tensionado cuando remitió a la Fiscalía el escándalo de las tarjetas que afectaban a pesos pesados de su partido. «Digamos que las balas me silbaban muy cerca (...) pero mi seguridad era que contaba con el respaldo del presidente del Gobierno», escribe el ministro en funciones. Rajoy ha acudido, en efecto, a la presentación de su libro de memorias.

Cuando Bankia quiebra y se descubre el pastel nos llevamos las manos a la cabeza, indignados al descubrir, en el mismo saco, a políticos diversos, empresarios y sindicalistas. Los peritos del Banco de España elevan a 46.000 millones de euros las ayudas públicas que han sido necesarias para salvar la entidad. Hoy empieza a actuar la Justicia, en la estación apropiada. Es el ocaso de los dioses.