Toni Bolaño

Bajarse del autobús

El autobús del proceso de transición nacional está a punto de salirse de la carretera. La pregunta está en el alero y el consenso sobre la misma se antoja bien difícil. Como maniobra de distracción, CiU, ERC, ICV y las CUP, han decidido hacer un movimiento arriesgado para enderezar el rumbo, para unos, y, para otros, provocar un accidente, y culpar al mal estado de la carretera. Este movimiento llegará la próxima semana al Parlament. Estos partidos solicitarán las transferencias al Estado para poder hacer una consulta. Saben que les dirán que no, pero así podrán rasgarse las vestiduras en público.

Los socialistas ante esta situación han decidido bajarse del autobús. Desde el Govern se han llenado la boca diciendo que hay que dialogar con el gobierno de Rajoy pero el diálogo ni está, ni se le espera, como confirma el propio Duran i Lleida. Por eso, Navarro se ha plantado. Ha dicho basta y ha hecho caso a Miquel Iceta, que le ha aconsejado que hay que bajar el autobús antes de que se lleve por delante la consulta, pero sobre todo al PSC.

El primer secretario del PSC ha intentado evitar la ruptura en el seno del partido siendo condescendiente con los críticos. Lo ha hecho a pesar de las «deslealtades» continuas de este grupo como ha verbalizado su número dos, Antonio Balmón. La primera fue la ruptura de la disciplina de voto en el Parlament, un acto que Navarro no está dispuesto a consentir una segunda vez. Que tampoco pretende arreglar con una multa. Quiere dar una respuesta política y eso en lenguaje de la calle significa la expulsión a los que se desmarquen.

Las aguas deben bajar turbulentas porque los díscolos se han apresurado a decir que no quieren romper el partido, ni abandonarlo, aunque con su actitud lo único que han conseguido es que la desbandada en el electorado socialista sea una constante y vaya cada día en aumento.

No se irán pero, por primera vez, Navarro lo ha dicho, alto y claro. Si hay indisciplina habrá expulsiones. El domingo el Consell Nacional socialista marcará la hoja de ruta: consulta legal y acordada. Experimentos, sólo con gaseosa. Consigna, bajar del autobús en un asunto como la consulta que, además, todo apunta que no se hará. Por si acaso, el que rompa la disciplina tendrá su escaño en el grupo mixto. Navarro ha llegado a la conclusión que más vale solos que mal acompañados.