Julián García Candau
Bueno para el Madrid
No hubo calma, ni treguas, se jugó con gran intensidad, el Real Madrid creó peligro con sus contraataques eléctricos y el Barça sufrió cuando la presión fue más agobiante. Se jugó de poder a poder. Tuvo más la pelota el equipo azulgrana que, al principio, se tuvo que afirmar atrás para contrarrestar el ataque madridista en tromba. Diego López sacó largo y sus compañeros lucharon arriba para evitar la salida del Barça con el balón controlado. La característica desconocida de estos clásicos fue el hecho de que los barcelonistas perdieran más balones de lo que en ellos es habitual. Xavi, casi siempre perfecto, tuvo un par de errores que propiciaron los ataques del Real Madrid. Fue el encargado de disparar en un tiro libre y estrelló la pelota en el larguero. Tuvo la más clara ocasión de gol y Varane sacó en balón debajo del larguero. Benzema en el juego de toma y daca tuvo la oportunidad de batir a Pinto y marró el remate. Los mejores momentos barcelonistas surgieron de las botas de Xavi, Iniesta y Messi y en el lado contrario fue Özil quien creó lo más brillante. Cristiano ganó todas las carreras y en cada ataque hizo temblar al mundo azulgrana.
En partido sin concesiones resultó extraño llegar al descanso sin goles. En la segunda mitad, el Barça perdonó. Cesc y Pedro tuvieron en sus botas matar la eliminatoria. Con el gol de Varane ambos equipos han quedado citados para la vuelta. Al Real Madrid le benefició la entrada de Modric y le salvó de la derrota Diego López con dos intervenciones providenciales. El duelo Cristiano-Messi queda aplazado para el Camp Nou.
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