Toni Bolaño

Bulas socialistas

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«Hoy empieza el cónclave para elegir al nuevo Papa. Parece que todavía está todo por decidir. Los diferentes candidatos toman posiciones aunque se cuidan muy mucho de hacer campaña pública, prohibida por la liturgia eclesiástica. Todo está preparado para que el nuevo Pontífice sea elegido antes de la Semana Santa.

Durante siglos, el Jueves Santo, se leía públicamente la Bula in Coena Domini en la que el Papa se condenaba a todos los herejes y se procedía a su excomunión. La costumbre duró hasta 1770, fecha en la que los príncipes europeos pusieron coto al poder papal. En el terrenal, claro.

Las bulas servían para condenar, para conceder beneficios o para promulgar indulgencias aunque los últimos Papas las utilizaron para otros menesteres. La última fue promulgada por Juan Pablo II. El último Papa, Benedicto XVI no estuvo activo en este punto.

Sin embargo, en estos días de cónclave cercanos a la Semana Santa parece que algunos echan de menos esta vieja costumbre. El mundo socialista parece querer emular al Papa y recuperar las bulas, aunque sus dirigentes no son infalibles.

Algunos serán indultados después de su rebelión en la votación a favor del derecho a decidir. Rubalcaba abrirá de nuevo las puertas a los hijos pródigos catalanes a cambio a qué renuncien a meterse dónde no les llaman.

O sea, en su secretaria general. No vaya a ser que la pierda. Por su parte, Navarro indultará al PSOE a cambio a qué renuncie a meterse en su autoridad. Muy denostada, por cierto.

También el ex presidente Montilla ha promulgado su propia bula. Ha reprendido públicamente a Carme Chacón, por no someterse a la disciplina del partido, sumándose así a las condenas por hereje emitidas por Rubalcaba, Navarro, Fernández Vara, Guerra y toda suerte de guardianes de las esencias socialistas.

En esta reprimenda, Montilla se ha olvidado de Angel Ros, Joan Ignasi Elena, Núria Balagué, Rocío Martínez Sampere y Marina Gelí, diputados que no siguieron las directrices de Pere Navarro y no votaron contra la declaración de soberanía.

Igual que Navarro les ha indultado porque quizás ser partidario del derecho a decidir te da derecho a una bula de concesión de beneficios.

No serlo, como Carme Chacón, es en sí mismo una condena. Pensar y expresar una opinión diferente y a contracorriente es toda una herejía. No ha obedecido y no está en la ola del pensamiento único. Su pecado es doble. Además, siempre la mediocridad siempre necesita un culpable.