Julián García Candau

Comité de delatores

Comité de delatores
Comité de delatoreslarazon

Los árbitros fueron llamados trencillas por el adorno de la chaquetilla que vestían. Fueron colegiados por la pertenencia al Colegio Nacional de Árbitros, nombre que se ha conservado a pesar de que ahora pertenecen al Comité Nacional. El calificativo aún no consensuado es el de quienes ocupan el cuarto puesto arbitral y de cuyas funciones se deduce que son soplones, chivatos, acusicas, enredadores o delatores. Se inventó la cuarta plaza para que los errores pudieran ser repartidos por mayor número de miembros del Comité y tuvo como consecuencia el aumento de la partida presupuestaria de los clubes.

Esta temporada vivimos el inaudito fenómeno de que, a veces, se sanciona más a los entrenadores que incluso a los futbolistas. Parece que los miembros del Comité se han confabulado para perseguir a hombres que protestan porque ninguno de los tres que pueden señalar una falta no lo hacen o al contrario. Entonces entra en acción el delator, llama a su jefe y el entrenador de turno se tiene que ir al vestuario.

Cortar las protestas de jugadores y entrenadores es bueno para la salud futbolística, pero cada semana se conocen los nombres de los castigados y los partidos de suspensión y nunca se dice cuál ha sido la sanción de quien ha perturbado el orden con una decisión flagrantemente injusta. ¿Supimos que hicieron con «Fermín el del banderín», qué pagará Pérez Lasa o cuál será el castigo para el insensato que no pitó un penalti clamoroso y que le ha costado a Marcelino tres encuentros de sanción?

Las discrepancias arbitrales seguirán mientras haya distintas varas de medir. Afortunadamente, sí ha habido acuerdo para que la final de la Copa se dispute en Madrid. La costumbre decía que debía jugarse en el Vicente Calderón y el escenario será el Santiago Bernabéu. La teoría de jugar en otra ciudad, afortunadamente, fue desechada. Era castigo para ambas aficiones.

Posdata. La justicia y la afrenta, para todos. Decisión arbitral flagrantemente injusta.