Música
Con Moral
Próximamente traeré a esta sección una crítica a la mayoría de los responsables culturales de nuestro país. Hoy, en cambio, quiero referirme a alguien que personifica lo contrario porque combina tres cosas: la auténtica afición cultural, el profundo conocimiento y la capacidad de gestionar. Su nombre: Antonio Moral. Creó la revista «Scherzo», en 1985; se inventó los aún recordados festivales Mozart; puso en marcha el programa musical de la Fundación Caja Madrid; dirigió la Semana de Música Religiosa de Cuenca; fue director artístico del Teatro Real comenzando la auténtica internalización del coliseo, combinando novedad y tradición y alcanzando un 95% de ocupación. Desde 2010 está al frente del Centro Nacional de Difusión Musical. Esta semana realizó la presentación de la próxima temporada y conviene resaltar algunas de sus propuestas, porque revelan la ambición y la intensidad de su trabajo. Entre sus actividades sobresalen el espacio dedicado a Monteverdi, el ciclo Schubert o un peregrinaje musical por la Europa de Carlos V. He aquí otro punto destacable: la colaboración con 110 instituciones. Estrenará nada menos que 75 partituras y de ellas 46 por encargo. Tendrá como artistas residentes al compositor Jesús Torres, al barítono Mathias Goerne y al Cuarteto Casal. Al jazz y al flamenco se unirá el fado... 330 propuestas en 28 ciudades de 13 comunidades y 10 localidades europeas. Bate también récords de gestión: en los ochos años de vida ha crecido un 21% en presupuesto pero un 110% en ingresos, a pesar de la gratuidad de muchos de sus espectáculos. Todo ello lo convierte, posiblemente, en el proyecto musical más importante que se desarrolla en Europa. Moral, que, cómo no, también tiene su lado oscuro –una cierta falta de escucha e inflexibilidad–, representa esa clase de responsables que deberían figurar al frente de todas nuestras instituciones culturales pero que lamentablemente no abundan.
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