Brexit

De letras

La Razón
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Perdí el respeto a los sondeos y a las encuestas cuando en 2007 escuché decir a Silvio Berlusconi en una entrevista: «Un sondeo dice que el 33% de las jóvenes italianas sí se acostarían conmigo. El resto de las chicas contesta: ¿Otra vez?». Hasta entonces había vencido mi reticencia a creer la tipificación del que fuera primer ministro británico, Benjamin Disraeli, sobre las tres clases de mentiras que hay: mentiras, grandes mentiras y encuestas. Gracias a Berlusconi, dejé de creer en ellas.

La encuestas, y con ellas, sus primos hermanos, los análisis y los vaticinios, volvieron a fallar en las elecciones generales celebradas el domingo. Me comenta un amigo desde Londres que esto demuestra lo que nos gusta a los españoles mentir sobre nosotros mismos y sobre lo que pensamos, como si los británicos no lo hicieran, la última vez, con el famoso Brexit, donde no sólo fallaron las encuestas, sino algo más respetable hasta entonces: las casas de apuestas. O somos muy mentirosos, o no somos buenos con los números y la aritmética. O quizá la suma de ambas. No, no somos duchos en matemáticas y , sin embargo, volvemos a ellas una y otra vez, estamos condenados a acudir a ellas para todo, desobedeciendo al propio Einstein que ya advertía que cuando las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas; y cuando son ciertas, no se refieren a la realidad.

Es curioso lo poco que sabemos, en general, de matemáticas y cómo éstas gobiernan nuestra vida sin ni siquiera darnos cuenta.

Hace unos años, la separación en los planes de estudios obligaba a elegir entre carreras de letras o de números. Así se denominaba y así nos clasificábamos: o éramos de letras o éramos de números. Un mago de las primeras como Manuel Vicent, escribió que nuestra generación ha entregado el alma a los contables y todas las pasiones que hoy nos conmueven se derivan de las estadísticas: para saber si somos felices, ahora se hacen encuestas. Quizá hay que empezar a contar más cosas y hacer menos cuentas. Será que soy de letras.