Restringido

«Dolça Catalunya»

La Razón
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En Cataluña tiene lugar una descomunal batalla mediática donde el rival no comparece ante el Goliat nacionalista, pero un pequeño blog está sorprendiendo a todos con su atrevimiento y frescura.

La tensión nacionalista en Cataluña no es espontánea, no va de la gente a los gobernantes y no representa a la Cataluña normal que sigue ganándose la vida con su esfuerzo cotidiano. Esa tensión es el resultado de una operación de ingeniería social planificada por Jordi Pujol –que ya en 1979 anunciaba «un metódico trabajo de reconstrucción»– y plasmada en 1989 en su Programa 2.000, que declaraba el propósito de infiltrar elementos nacionalistas en puestos clave de la administración, la justicia, la educación y los medios.

Precisamente la acción de los medios de comunicación –dirigida desde la Generalitat con dinero de todos los catalanes– ha sido determinante para extender el pensamiento nacionalista en los últimos años. Ahí están los 8 millones de euros repartidos por Artur Mas entre los medios afines sólo en el segundo semestre de 2015 para «construir el espacio catalán de comunicación», que es el eufemismo para no decir «medios de adoctrinamiento nacionalista». Ahí están también los más de 1.257 millones de euros enterrados por Artur Mas en la ruinosa TV3, o los centenares de millones entregados a decenas de chiringuitos de comunicación a través de campañas institucionales de las administraciones nacionalistas durante 35 años.

Pero los catalanes libres de nacionalismo no se resignan a tragar el alpiste del poder. Hoy en Cataluña todo el mundo lee un sencillo blog salido de la nada que está batiendo todos los récords de influencia en la red catalana. Se llama Dolça Catalunya y tiene por lema «Seny de catalanes bajo el nacionalismo». Sus redactores se dicen anónimos «catalanes de la calle», no pone anuncios ni recibe subvenciones, no tiene otros recursos que sus ganas de convivir y no sigue las consignas de ningún partido político. La Cataluña que allí se describe, en catalán y castellano, es la que charla en la sobremesa familiar o se divierte en la tertulia de amigos: cercana, assenyada y –sobre todo– muy real.

Según el medidor Klout, tras apenas 2 años de vida Dolça Catalunya es ya el medio digital más influyente en Cataluña. Su blog ha recibido 25.000.000 visitas, sus cuentas de Twitter y Facebook son seguidas por políticos y periodistas de todas partes, y sus vídeos de Youtube tienen más visitas y suscriptores que los de la ANC, Òmnium y todos los partidos nacionalistas juntos. De Dolça Catalunya se habla en el Parlament, en el bar, en el Congreso, en los pueblos; incluso me he encontrado a conocidos de Málaga que me dicen que están aprendiendo catalán leyendo Dolça Catalunya.

La moraleja del fenómeno es evidente: la proverbial iniciativa, libertad y laboriosidad catalana todavía no han sido ahogadas por el poder nacionalista. A pesar de la asfixia mediática millones de catalanes desean superar el nacionalismo y reencontrar la Cataluña del seny. Todavía hay mucho de vivo y libre hoy en Cataluña, en nuestra querida y Dolça Catalunya, pero todos nos preguntamos, ¿Dónde está el Estado?