Miguel Ors

El Atlético es un conde-duque

L6 Gloria

Se lo llevó a la Gloria el Mago Baltasar. Eusebio, en vida, fue una gloria de hombre y de futbolista. Un hombre legal, que se dice ahora, sencillo, desendiosado. Le entrevisté para «Pueblo» y para Televisión Española. Me ganó su timidez. Conciso en las respuestas. «Dios me hizo para el fútbol. Le estoy muy agradecido». Amaba a Portugal: «Es mi patria». Decía «patria», palabra que en España, hoy, acollona y ruboriza a progresistas y secesionistas de chichinabo (así va España, así está España: entre el anticonstitucional «consentido» Mas y la fétida fotografía de Durango). Eusebio fue al Benfica lo que Di Stéfano al Real Madrid y Pelé a Brasil. ¿Oro, plata y bronce? Oro los tres.

M7 Jesé

El fútbol es más bien un efímero estado de euforia o de pesimismo. Según. Creo que también puede decirse así: la euforia del éxito en el fútbol es tan efímera como el desengaño. Redoble de tambores por Jesé, hoy, en casi todos los medios informativos. Aleluya, aleluya, «qué tío más tío Jesé». Emilio Butragueño lo pondera también: «Tiene carácter y talento». Lo de Jesé –Dios quiera que me equivoque– me recuerda a Canales. «Qué tío, qué talento, qué toque de balón», se loaba cuando lo fichó el Real Madrid... En fin, que está en el Valencia. Sería terrible que la euforia pinchase el futuro de Jesé.

–¿Cree usted realmente que Jesé es una perla?– me pregunta.

–Tengo por costumbre no oponer mi flaca opinión a la opinión mayoritaria, amén de que el fútbol, hay que insistir en ello, es un efímero estado emocional o de euforia o de chasco. De todos modos, lo que sí tiene Jesé es coraje, como Bale.

Cristiano, Jesé y Bale: ¡qué tres cachalotes!

X8 Varane

¿Es el entrenador el que hace al futbolista? ¿Es el futbolista el que hace al entrenador? Opino, luego existo y puedo ser rebatido. En el Real Madrid, que no teje fútbol bonito todavía, es el futbolista (los futbolistas, vaya: desde Diego López hasta Cristiano) el que hace al entrenador. El Real Madrid, de momento, es un conglomerado de jugadores excelentes sin unidad armónica. En el Atlético de Madrid, en cambio, el que da unidad y armonía a los jugadores es el entrenador. Hay otra cosa en el Atlético que ha despertado Diego Pablo Simeone: el instinto, «la otra inteligencia del jugador» (Fabio Capello). Ante el Valencia de Pizzi (se nota su «cholismo») el instinto de Courtois, esta vez, salvó al Atlético. Creo.

J9 Idolatría

Idolatría, o sea, amor efusivo, amor apasionado. La masa azulgrana en pleno idolatra a Messi con vehemencia religiosa. He aquí cómo titulan los medios informativos de la Ciudad Condal tras sus dos goles al Getafe, en su reaparición: «¡Leo, qué bueno que volviste!», o «Un ovni en el Camp Nou», o «Resucitó a los sesenta días». Florentino Pérez tiene toda la razón:

–Aquí en Madrid se quiere al Real Madrid con más frialdad, con demasiada objetividad.

Sí. Hay como un poco más de ecuanimidad aquí, en los medios de Madrid.

–¿Sabes lo que apasiona de Messi?– me dice un colega catalán–. El coraje, que Messi es coraje de acción y de goles. Cuando corre y zigzaguea parece un búfalo pequeñito.

V10 Balón de Oro

¿Premia el jurado del Balón de Oro la reputación, el honor, el estilo y el talento del jugador? No. Si fuese así, Iniesta y Xavi exhibirían, desde hace años, en sus vitrinas, tan colmadas de honores, títulos, reputación y estilo, el Balón de Oro. Me lo dijo, hace años, un periodista francés:

–El gol es el oro de la «mina» del fútbol, y ese oro, con criterio cicatero y mercantilista, es lo que preferentemente pesa en el criterio de los votantes del jurado que decide el premio.

Messi (con títulos) fue en 2013 el máximo goleador de las ligas europeas, Cristiano Ronaldo (sin títulos), el que más goles sumó en el total de las competiciones que «puntúan», y Ribéry, el que más títulos sumó. El plus de ventaja de Ribéry, este año, es su nacionalidad: francés; lo francés prima y priva siempre. Quedamos a la expectativa de la decisión del estético y salomónico jurado (¿?).

S11 Empate

Demagogia, que algo queda. El Barcelona, 540 –o así– millones de presupuesto; el Atlético de Madrid, 160 –o así– solamente. Simeone: «El Atlético es el equipo del pueblo». El Atlético, admirado y mesiánico Simeone, es un conde-duque del fútbol (repásese su aristocrática biografía). El mundo del fútbol, como pueden ver, es también una tómbola demagógica. Lo más bello del empate a cero entre el Atlético y el Barça en el Calderón fue el final: la elegancia y el estilo de los entrevistados. Xavi: «El Atlético es un gran equipo». Cesc: «El Atlético es uno de los mejores equipos de Europa». Tata: «El Atlético ha hecho el partido que quería y nosotros no hemos podido hacer el partido que queríamos». Vamos a tener una segunda vuelta de Liga competida en la cabeza entre «los dos mejores, Barcelona y Atlético de Madrid» (Piqué) y el Madrid, que agrego yo.