Reyes Monforte
El colmo
El colmo circense es que al dueño del circo le crezcan los enanos y algo de esto sucedió ayer con los llamados «estudiantes». No se les puede culpar, es el mensaje que les escupen a diario desde la mayoría de los sectores de la sociedad: la política, los medios de comunicación, la judicatura, el poder económico. Insulta que algo queda. Levanta la voz que así creerán que tienes la razón. Acudir a una reunión y abrirla con un ataque verbal durante más de una hora en vez de poner sobre la mesa argumentos, proyectos e ideas, y defenderlas utilizando la palabra y a media voz, es indicativo del nivel existente. Sentarse en el suelo creyéndose más enrollados que nadie, negarse a escuchar un discurso inicial sencillamente porque no es el suyo, vociferar consignas, sean las que sean, jugando inoportunamente con la semántica partidista y falsamente reivindicativa al hablar de «terrorismo educativo» o al mandar al Gobierno en pleno a Soto del Real, pueden ser pinceladas perfectas para un vodevil barato, o no tan barato, porque al parecer estos estudiantes cobran dietas. Qué pronto aprenden ciertas cosas. No me extraña que el sistema de becas les parezca una vergüenza. Eso por no hablar de las pellas encubiertas de algunos estudiantes que tenían que haber estado en el encuentro y que al parecer encontraron algo mejor que hacer en otro lugar a bastantes kilómetros de distancia. Y seguro que no estaban estudiando. ¿Es este el futuro? ¿Son esos estudiantes los que se convertirán en políticos, empresarios, emprendedores, médicos, jueces, maestros, comunicadores, sindicalistas etc...? Si esa es la ruta, saldremos de Málaga para acabar en Malagón. Y ése no es el camino.
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