El día después (II)

Hace unas semanas escribí que me preocupaba el día después, tanto si había nuevas elecciones generales como si Rajoy terminaba investido presidente y lograba formar Gobierno. Salvo sorpresón de última hora, parece que va a ser lo segundo y el actual líder del PP saldrá esta tarde del Palacio de la Carrera de San Jerónimo convertido en presidente del Gobierno con todas las de la Ley y con plenitud de poderes para funcionar.

Bueno, lo de la plenitud es relativo, porque, acostumbrado a hacer de su capa un sayo y a gobernar a golpe de Real Decreto Ley, deberá recurrir al pacto permanente. Ha dicho Rajoy por activa y por pasiva que va a tender la mano para lograr acuerdos, entre otras razones porque si no lo hace la nueva legislatura entrará en la UVI. Ha hecho también algunos gestos, pero ya veremos si continúa en esa línea o es sólo una pose. Es verdad que la necesidad obliga, pero también es una verdad como un templo que con los años que tiene el actual inquilino de La Moncloa resulta muy difícil cambiar. La primera prueba va a venir con la formación del nuevo Ejecutivo; esta operación nos dará indicaciones más claras de sus verdaderas intenciones.

Los de Ciudadanos, por su parte, no pueden tragar con cualquier cosa que los del PP pongan encima de la mesa; han anunciado que serán leales, pero también contundentes. Los del PSOE deben hacer oposición al mismo tiempo que arreglan su casa y ésa es una doble tarea harto difícil de conjugar en los momentos actuales. Que van a ser duros está fuera de toda duda, por la cuenta que los trae y para no dejarse comer más el terreno por los de Podemos. Total, que por unas cosas o por otras, el comienzo de legislatura será de todo menos fácil, lo mismo que su desarrollo. De ahí mi preocupación por lo que suceda el día después y el siguiente: pacto, pacto y... pacto. ¿Serán capaces?