SAT Sindicato Andaluz de Trabajadores
El nuevo comunismo: del bufido al gorjeo
El Sindidato Andaluz de Trabajadores (SAT) es a Podemos lo que la «kale borroka» era a Xabier Arzalluz, la tropa de vanguardia que agita el nogal para que los suyos se aprovechen de las nueces del suelo. Los hechos lo demuestran. El correlato del capítulo carcelario del concejal jiennense Andrés Bódalo, histórico del SAT en aquellos andurriales, presenta la continuación en la figura de Francisco Molero, vecino del municipio malagueño de Cuevas de San Marcos que ha recibido en casa la condena firme de prisión por el despliegue de violencia demostrado en la turba de «Rodea el Congreso». El muchacho se presenta ya como un santón entre la izquierda subversiva, como lo es Bódalo, y dónde mejor residencia que la cárcel para los héroes. En eso consiste el plan de los jerarcas de Podemos. Distinto es que Molero, un santo varón, haya procurado evitar posar en los altares del agit-prop de la nueva política: ni el juzgado de lo penal, ni la Audiencia Provincial, ni el Tribunal Constitucional, ni el Tribunal Europeo de Derechos Humanos le han concedido el amparo por herir a varios policías con adoquines; sí, ésos que cubrían la arena de las playas. Da igual. Es cuestión de tiempo que las calles de muchos pueblos de Andalucía se llenen de grafitis, con faltas de ortografía premeditadas, apoyando el indulto de Molero, como ya sucede con el caso del mártir Bódalo. La estrategia de este nuevo/viejo comunismo es bien sencilla: que cualquier tonto útil menee el árbol, que ya usarán la propaganda quienes saben hacerlo. Ellos, los peones del SAT, la vanguardia, no saben ni contestan. Sí bufan, también mugen, pero lo que mejor saben hacer es gorjear, como los gorriones. Sobre todo cuando les toca pisar la prisión. Bódalo lloraba como un cocodrilo; o como una nenaza.
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