El voto rural

Las elecciones del pasado mes de diciembre pusieron de manifiesto un hecho importante para los intereses de los agricultores y ganaderos y de los habitantes del medio rural. Hay partidos, como el PP y el PSOE, que prestan atención a sus asuntos y problemas, independientemente de que las propuestas recogidas en sus programas electorales fuesen acertadas y equivocadas. Sin embargo, las nuevas formaciones como Ciudadanos y la coalición liderada por Podemos mostraron a las claras que su origen es eminentemente urbano y que las cuestiones agrarias y rurales no figuran dentro de sus prioridades.

Tal y como van las cosas, todo apunta a que en las próximas elecciones se va a repetir esta situación. Se trata de un hecho grave porque, si la nueva legislatura tiene una duración normal de cuatro años, el Gobierno que resulte deberá afrontar cuestiones de vital importancia para el sector agroalimentario español.

Además de los cambios en la PAC y del Marco Financiero de la UE, están sobre la mesa las negociaciones de los acuerdos comerciales entre la Unión Europea (UE) y EE UU, que tanta polémica está levantado, y con Mercosur; los capítulos agrarios de los mismos figuran entre los más conflictivos y sería bueno que los cuatro grupos políticos citados anteriormente fijasen sus posiciones de forma clara, ya que alguno de ellos gobernará cuando haya que ratificarlos.

También deberían clarificar su posición sobre la política en materia de transgénicos, un asunto que está muy relacionado con los acuerdos comerciales ya citados. La no autorización de productos fitosanitarios que utilizan los agricultores para proteger sus cultivos es otro de los problemas graves que están planteados en Bruselas. ¿Llegaremos a saber antes de las elecciones lo que opinan esas formaciones políticas sobre todo ello?