Restringido

En busca del voto perdido

Difícil digestión la que está teniendo el PP después de los resultados de las recientes elecciones andaluzas, donde las siglas conservadoras se dejaron en la gatera nada menos que 17 escaños de los 50 conseguidos hace tres años. Los candidatos a las municipales y autonómicas para las que faltan menos de dos meses llevan meses pidiendo a gritos, aunque la mayoría en círculos muy reducidos, un cambio en las políticas sociales para que la indudable recuperación económica llegue con más nitidez a los bolsillos de los ciudadanos. La convocatoria de hoy del máximo órgano entre congresos de los populares, que no se reunía desde hace dos años, responde al deseo de Rajoy de ofrecer unas cuantas cucharadas de moral a su tropa que mayoritariamente la tiene en estos momentos por los suelos. Pero para que la medicina tenga efecto en las urnas hace falta algo más que unas dosis de efecto placebo. Lo que se espera de la reunión de hoy en la calle Génova de Madrid son propuestas con cara y ojos y no sólo promesas de un futuro que es cierto que se dibuja mejor pero que un número importante de quienes votaron al PP en noviembre de 2011 no terminan de reconocérselo. Han sido años durísimos de recortes tan necesarios como mal explicados. La firmeza se ha confundido con la imposición y cierta prepotencia y la ciudadanía necesita una carga de ilusión, de confianza en el futuro, que demasiados creen encontrar tan sólo en los nuevos partidos emergentes. Desde hoy mismo Mariano Rajoy se lanza en busca del voto perdido con el reloj jugando en contra porque las fechas electorales son las que son y el tiempo aprieta el zapato del gobierno. Un zapato que había que haber llevado a la horma hace ya bastantes meses para evitar que los líderes populares aparezcan en público con una sonrisa en ocasiones demasiado forzada.