César Lumbreras

Encaje de bolillos

Me acuerdo de haber visto en más de una ocasión a un grupo de mujeres haciendo encaje de bolillos en el vestíbulo del Parador Nacional de Almagro. Me ha venido esta imagen a la mente al pensar en los responsables del Ministerio de Agricultura y de las comunidades autónomas intentando llegar a un acuerdo sobre la aplicación en España de la reforma de la PAC. Me temo que, contrariamente a lo que piensa el equipo de Arias Cañete, las negociaciones van a durar unos cuantos meses. Los unos y los otros tendrán que hacer encaje de bolillos para conseguir mantener, por lo menos, la misma cantidad de dinero que ha llegado hasta ahora a cada región, aplicando la nueva normativa resultante del acuerdo alcanzado a finales del pasado mes de junio.

Se me antoja muy complicado el acuerdo sobre la definición de agricultor y ganadero activo. Por un lado están los que quieren que sólo lo sean los que están afiliados al Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social. Sin embargo, eso dejaría fuera a muchos de los actuales perceptores de las ayudas, por lo que no creo que esta tesis vaya a salir adelante. Sin embargo, éste es un punto «muy caliente» del proceso negociador, que ha resurgido con fuerza en los últimos días. Los planes de regionalización y comarcalización que dice tener elaborados el Ministerio para aplicar la convergencia interna de las ayudas directas es otro de los puntos conflictivos. Y, por citar tan sólo tres, no hay que olvidar la lista de sectores que podrán recibir ayudas acopladas a las que se pueden destinar cada año alrededor de 700 millones de euros. Lo dicho, toca hacer encaje de bolillos.