Julián Redondo
Es titular, no heredero
No siempre el esfuerzo coincide con el refuerzo. Verbigracia: Illarramendi. El Madrid hizo un esfuerzo considerable y lo fichó por 32.190.000 euros, una vez deducidos casi 7 millones de IVA. Illarra, que es un magnífico futbolista, no ha sido el refuerzo esperado y tal vez tenga que recostarse en el diván para recuperar la autoestima y reverdecer la calidad que le llevó de la Real al Real. La calidad en el fútbol viene de fábrica; pero es preciso demostrarla para que no se oxide o se estanque la lógica progresión. Una vez que se aprende a montar en bicicleta jamás se olvida; pero si se deja de practicar, te estrellas. El destino de Illarramendi era suceder a Xabi Alonso. Perdió el tren, que ahora deja en el andén de Chamartín a Toni Kroos, el mejor pasador del Mundial, un titular, mucho más que un heredero. Un elemento que brilla en la medular y alumbra el juego de cualquier equipo. Ha sido decisivo en el éxito de Alemania y es más que probable que en el Madrid mejore los números de paisanos suyos que, en mayor o menor medida, dejaron huella en el Bernabéu, léase Netzer, Breitner, Stielike, Schuster, Illgner, Metzelder –el único que no dio la talla–, Özil y todavía Khedira.
Kroos es el noveno alemán en la historia madridista, procede de un club campeón, el Bayern, y llega al que más títulos continentales acumula en Europa. En el día en que se supo que Messi ha pagado este año 53 millones a Hacienda, y que la supervivencia del Zaragoza depende de que una serie de empresarios aragoneses y mexicanos encabezados por César Alierta reúna 8,1 millones para saldar deudas con el fisco, el Madrid presentó a Kroos, un excelente refuerzo.
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