Elecciones generales
Esperando a Rajoy
No les llega la camisa al cuello. En La Moncloa y los despachos de Génova, el «cagazo» es evidente, aunque aprieten el culo y disimulen.
Y para atenuar la angustia, a falta de otra cosa, se aferran a Rajoy y repiten como una letanía que Mariano siempre acierta y al final encuentra la tecla para sacar al partido del atolladero.Recuerdan que no es la primera vez que Ciudadanos gana en las encuestas y pierde en las elecciones y tampoco la primera en que el PP no gana en las encuestas y gana en las elecciones. Insisten, porque quieren creer en ello, que resta mucho tiempo hasta 2020, que la clave es la economía y que la gente terminará reconociendo el mérito de unos gobernantes que se encontraron en 2011 un país destrozado y sin autoestima y han sido capaces de darle la vuelta. Cierto que en estos momentos nada parece indicar que vaya a haber un adelanto electoral, pero ni los plazos son tan largos como predican los populares, ni los españoles respiran como en ocasiones anteriores. A la vuelta de la esquina, como muy tarde en junio de 2019, tendremos elecciones municipales y autonómicas y el PP se puede llevar una leche antológica, lo que amplificaría letalmente el impacto del fracaso que acaba de sufrir en Cataluña.
Los sondeos reflejan sólo estados de ánimo, pero nunca con anterioridad habían pronosticado de forma rotunda y persistente un cambio tan radical del mapa político español. De celebrarse hoy elecciones generales, según el sondeo que hizo público «El País», Ciudadanos saldría vencedor, con un 27,1%, por delante del PP con el 23,2%, del PSOE con 21,6% y de Podemos que apenas llegaría al 15,1%. Siempre se ha dicho que lo que desgasta de verdad en política no es el poder, sino su falta, pero en España puede ser al revés. Sin responsabilidad alguna, ni siquiera en el ámbito autonómico o municipal, Cs jugará en los próximos meses a lo que quiera, como ha hecho en Cataluña.
Y arranca con la enorme ventaja de que la ciudadanía, que exigía respuestas claras y firmes ante la amenaza separatista, lo percibe como el partido que tiene un proyecto más claro para España. Sigue oliendo a nuevo, no está tiznado por la corrupción y no asusta ni a su derecha ni a su izquierda, porque fiel a su estilo Rivera no revelará hasta después de los recuentos, si pactará con el PP para formar gobierno de centroderecha o lo hará con el PSOE para hacerlo de centroizquierda.
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