"Espíritu amazónico"

Este domingo comenzó en Roma la asamblea sinodal sobre la Amazonía, que se celebrará bajo la presidencia del Papa, durante las tres próximas semanas. En agosto ya dediqué un par de columnas a este tema, por considerar que –junto con el posterior sinodo de Alemania– constituirá un hito en la bimilenaria historia de la Iglesia. Como lo que la Iglesia hace, afecta y mucho, al mundo, no podemos sustraernos a lo que se debata y decida en esa asamblea. El interés con el que la iglesia alemana está siguiendo este encuentro, siendo Alemania y la Amazonía tan distintos y distantes, es llamativo y debería alertarnos sobre ello. Pero se comprende muy bien al constatar que, tras el amazónico, en el alemán serán sometidos a debate temas muy similares y controvertidos, como ya ha advertido el Papa. Sobre estos encuentros, existen dos temores fundados: por una parte, las cuestiones a debatir, que afectan a la doctrina de toda la Iglesia y que, por tanto, no pueden ser decididos en ámbitos de dimensión local. Por otra, que suceda algo parecido a lo que acaeció con el Concilio Vaticano II, en el que se aprobaron textos espléndidos, pero un presunto «espíritu conciliar», hizo que su aplicación no lo fuera tanto, generando una muy grave crisis en su seno. También en estos momentos existen motivos serios para temer la aparición de un «espíritu amazónico», que impregnaría, a partir de ahora, a toda la Iglesia Universal.