Rosetta Forner
Factor humano
Desconozco las auténticas razones por la cuales la familia está en crisis. Empero, observando la sociedad tengo mi teoría del por qué estamos como estamos. Durante los últimos treinta años, nos han presentado como modelo de referencia a un ser humano narcisista, centrado en triunfar de forma individual, donde el vivir al margen de otros semejantes y del futuro, era presentado como el paradigma de la libertad. Asimismo, se ha insistido en que lo más importante de todo era el «dinero» por cuanto procuraba un estatus social –verdadero trofeo a perseguir–. El narcisismo individualista centrado en disfrutar prescindiendo de las consecuencias nos ha traído una sociedad desestructurada: mucha gente se casa y se divorcia con la misma facilidad que se compran unos zapatos sin reparar en el impacto emocional propio y en el de los hijos –los cuales se tienen o no lo mismo que si fueran un «complemento»-. El egoísmo ha cundido en esta sociedad del bienestar (del cual sólo le queda el nombre porque no hay bienestar sin compromiso ni compasión entre semejantes). Abortos y las parejas que no quieren la responsabilidad de ser padres han traído el decrecimiento de la natalidad. Pero, ¿por qué pasa esto? En esta sociedad materialista el dinero nos sirve para explicar la crisis en cualquier área social o incluso la crisis espiritual que asola el mundo. Vamos hacia un nuevo modelo de sociedad mundial, no sé si será mejor o peor, aunque deseo que emerja una mucho más lúcida y humana y que recupere los valores esenciales que nos dan nuestra verdadera identidad humana. Si el ser humano aprende a amarse, dejará el miedo y el egoísmo de lado, y trabajará en pos de construir un mundo donde no existan las fronteras psicológicas y tengan cabida todos. Lo importante no son las etiquetas, sino que seamos capaces de apoyarnos y ayudarnos a crecer en todos los sentidos. En el corazón de la familia siempre hay sitio para uno más.
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