El desafío independentista
Forcadell y la violencia
Carme Forcadell, acató ayer ante el juez del Supremo el artículo 155 de la Constitución; el mismo que intervino la autonomía de Cataluña tras la declaración unilateral de independencia. La presidenta del Parlament, manifestó que aquella declaración tuvo un carácter meramente simbólico, cosa que intentó avalar a través de varias fuentes jurídicas.
Pero no fue el único cambio en la estrategia de los independentistas. Ella y el resto de los integrantes de la Mesa contestaron esta vez a las preguntas del juez Pablo Llarena y de la Fiscalía, lo que nos ha permitido conocer alguna cuestión que me gustaría comentar.
La presidenta rechazó en su intervención que el procés se hubiera llevado a cabo con violencia, y lo argumentó diciendo que ella siempre había defendido que las movilizaciones fueran sin violencia. Pero no debió convencer este razonamiento a ninguno de los fiscales que la interrogaron, pues tanto la ex fiscal general del Estado Consuelo Madrigal como Fidel Cadena, que comenzaron los interrogatorios, como Javier Zaragoza y Jaime Moreno, que les sustituyeron, no solo señalaron la violencia del procés sino que pidieron medidas cautelares para la Presidenta. Por eso me gustaría detenerme en este aspecto.
Se ha venido repitiendo hasta la saciedad por los terminales mediáticos del independentismo y ahora por el fugado Puigdemont que toda la declaración de independencia se había producido de manera pacífica. Y de ninguna manera ha sido así.
Hubo violencia contra la ley, especialmente desde el momento que se desoyeron una y otra vez las advertencias del Tribunal Constitucional. Hubo violencia contra las instituciones desde que empezaron a pasarse por el forro las normas internas del Parlament y se ninguneó a los representantes del pueblo. Hubo violencia contra las personas, al no garantizar los derechos de los catalanes precisamente aquellos que debían defenderlos. Y hubo violencia contra esas mismas personas al destinar un dinero que era suyo, y a ellos debía revertir, a otros fines que la justicia ya está persiguiendo. Y, por supuesto, también hubo violencia física, y no solo contra las fuerzas y cuerpos de la seguridad del Estado en varios momentos, sino en otros muchos, menos sabidos, pero que han conseguido dividir a familias, empresas, y a la sociedad entera. Esa es la violencia que ha habido. La que hubo en la huelga general del miércoles. La que ayer negó Forcadell.
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