José Luis Alvite
Foto con gangster
Estoy seguro de que en mis lejanos veraneos infantiles jugué en las calles de Cambados con Laureano Oubiña, en cuyo nacimiento casi con toda seguridad fue comadrona la tía Pepita. No descarto tampoco que en algún momento haya coincidido allí mismo con Sito Miñanco o con otros de los muchachos que con los años fueron importantes capos del narcotráfico después de haber administrado las más importantes redes del contrabando de tabaco, algo que entonces se consideraba vida social. Muchos años más tarde Sito Miñanco me pidió en el juzgado una indemnización multimillonaria por haber hecho algunos comentarios periodísticos despectivos sobre la vulgaridad estética de su perfil criminal y resulté ileso. Aquella querella fue lo más cerca que me consta que estuve del tipo duro al que muchos admiraban por su generosidad al repartir dividendos y por lo bien que le sentaba el corte de pelo a navaja a aquella cabellera suya en cuya densa maleza sin oxígeno se habría extinguido el fuego. Ahora echo de menos haber compartido una foto con Oubiña y con Miñanco cuando éramos niños o adolescentes en Cambados. En eso tengo envidia de Núñez Feijóo, que sale en una foto al lado de Marcial Dorado cuando ni él imaginaba que sería presidente de la Xunta, ni el arousano era todavía un criminal de renombre. De cuantas fotos tiene Feijóo, seguramente la que le empareja con Dorado no es en absoluto más comprometedora que las que pueda haberse hecho con algunos políticos de la oposición o con determinados compañeros de su partido. Incluso cabe imaginar el cabreo de Marcial Dorado por el descrédito que entre los suyos puede granjearse un criminal de su nivel por culpa de relacionársele fotográficamente con alguien tan decente como sin duda lo es el presidente de la Xunta, ese tipo sin vicios con el que yo me haría una foto sólo en el caso de que tuviese que blanquear mi mala reputación.
✕
Accede a tu cuenta para comentar