Tenis
Garbiñe contra la «WW»
L10: Ser
La cuestión, cuando se ha sido genio y figura, es no decaer. Intentar no dejar de ser.
–Eso, oiga, es difícil.
Se sabe. Pero la edad es esa segadora sierra –invento satánico, no se dude– que mengua y hiere la genialidad.
Contador, 34 años, y Fernando Alonso, 35. Figuras los dos: Contador, sobre dos ruedas y pedaleando, y Alonso, sobre cuatro ruedas y pilotando. Los dos han dado brillo y esplendor a sus deportes y a España.
–Y los dos, al parecer, ruedan rozando la línea roja del inicio del declive.
–¿Cuántas veces hemos «matado» a Nadal? ¿Cuántas veces ha resucitado? El español es duro de pelar. No lo digo yo, lo dijo hasta Napoleón: «Guerrear con los españoles es complicado, tienen una forma de pelear nada ortodoxa».
Contador, ya algo descolgado, es sincero:
–No me responden las piernas.
Alonso se siente «fuerte» todavía, pero, al parecer, las marcas «fuertes» de la F-1 dudan de que siga siendo el que fue, y de ahí que no lo «quieran» –para la próxima temporada– Mercedes, Ferrari y Red Bull.
Ser y dejar de ser: ésta es, biológicamente, la puñetera cuestión. No siempre el talento lo es todo, mayormente cuando falla el pedestal físico.
M11: Imposible
Yo lo veo así. Antes del partido, Muller meditó: «Nadal es mejor que yo. Imposible ganarle. Voy a intentar hacer posible lo imposible». Muller es un jugador linfático, flemático, marmóreo, con un servicio bilioso, duro, plural, nada fácil de adivinar. Y no suda. Inmutable. Logró, en efecto, la gesta de mutar en posible lo imposible.
–¡Qué tío! Ni un explosivo gesto de «¡qué bien lo estoy haciendo!» . Este luxemburgués ha nacido en el Polo Norte –pondera Hernán San Pedro.
Servicio, y hielo y fe en las venas, en el ánimo y en el corazón. Qué bello espectáculo de tenis durante el larguísimo partido: cinco horas casi delante de la pantalla.
–El mejor partido de mi vida –reconoció con elegante humildad Muller acabada su hazaña, el «imposible» vencedor de Nadal.
¿Qué quieren que les diga de Nadal? Lo que destacan hoy casi todos los periódicos: épico y hercúleo, a pesar de los pesares. Y que el destino a veces es malhadado e infausto.
X12: Ilusión
Con dinero pero sin ilusión se vive por lo menos sin preocupaciones.
–Llego a final de mes y hasta me sobra, no me quejo de eso. Me quejo de que vivo sin ilusiones –me lloriqueaba un jubilado. Escribía el poeta: «¡Oh, Dios, quítame el oro y la fortuna, pero no me quites las ilusiones».
Entre otras muchas cosas, la vida sin ilusión alguna es un vivir gris y tristón.
–Yo vine al Madrid con un baúl de ilusiones –dijo James.
¿Qué ha pasado entre el Real Madrid y James? El fútbol, a veces, es como es: un desentendimiento, también, entre el entrenador y el jugador.
Siento la «baja» de James. Sería horrible que triunfase en el Bayern y que la Champions enfrentase al Madrid de ZZ con el Bayern de James y éste fuese la figura goleadora del partido.
–¡No lo permita Dios!
–Dios no entiende de fútbol.
V14: Doble W
Muguruza contra la doble W. Casi nada: en Wimbledon, contra Venus Williams. Venus, catorce años mayor que Garbiñe: 37 años contra 23.
–Las Williams imponen mucho respeto– confiesa Garbiñe. Entre las dos, catorce Wimbledons. Acollonan, claro que acollonan. Venus, pese a sus 37 años, está espléndida. Fuerte físicamente, moral fuerte y fuerte por su fe.
–Una final en Wimbledon –dice sin embargo, con humildad– impone siempre.
Garbiñe ha mejorado. Le funcionan todos los motores: el talento, la forma y la mente, sobre todo la mente. Emocionante final, con suspense, la del sábado, por lo tanto. Es de esperar que el motor de la mente, especialmente, no le ratee.
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