Iñaki Zaragüeta

Gracias, Manolo

Tal como había previsto. Manuel Bernardos, jefe de prensa de Rita Barberá desde que accedió a la alcaldía en 1991, se ha jubilado. Lo ha hecho consciente, sin añoranza ni portazo, con serenidad y con el placer del deber cumplido.

Manolo ha formado un buen tándem con ella. Tanto, que se han aguantado 23 años, cosa desconocida en eso de la política. Ni Feo con Felipe, ni Rodríguez con Aznar, ni alcaldes anteriores con sus respectivos. Rara coalición que, por parte de Bernardos, ha estado basada en la profesionalidad, la lealtad y la bonhomía.

Llegó a la campaña de 1991 desde la experiencia y el ejercicio periodístico, curtido ya en las batallas de la prensa escrita, la radio y la tv. Diario de Barcelona, cadena Ser, TVE ... Poco podían enseñarle quienes habían de beber en su fuente de la Casa Gran.

La lealtad queda sobradamente demostrada en esos más de cuatro lustros. Si nos atenemos a aquella máxima de «la lealtad al país, siempre. La lealtad al Gobierno, cuando se lo merece», la lealtad de Manolo a Rita debe hacerla sentirse afortunada y orgullosa.

Se atribuye a Confucio aquello de «el sabio no considera el oro y el jade como preciosos tesoros, sino la lealtad y la buena fe». Es lo que ha dado Manolo a raudales.

De su bondad damos fe quienes tenemos la suerte de tratarlo. Más aún, yo me sentí, mejor dicho, me siento honrado con su amistad. Si es cierto lo que afirmaba Cervantes «no se puede ser bueno sin haber amado», Manolo lo es hasta lo inimaginable. Y si es por lo que ha amado, como dicen en mi pueblo, «hasta horizonte y vuelta». Su vida está jalonada por ... Pero ésa es otra historia. Gracias, Manolo. Así es la vida.