El desafío independentista
Hoy..
Hoy (y esperemos que a pesar de los pesares se haga la vista gorda y no nos pongamos rigurosos con el cumplimiento de la ley porque si nos ponemos vamos a tener un problemón) los catalanes están llamados a votar. Vaya por delante que soy de Albacete, es decir, presuntamente españolaza y sin identidad histórica ni territorial. Y, sin embargo, jamás de los jamases hubiera estado ayer en el centro de Madrid manifestándome con una bandera española. Entre otras cosas porque, aunque en los últimos años hemos hecho un ejercicio de integración de los símbolos patrios en nuestra cotidianeidad, al final, siguen usándolos los de siempre. Si los que encabezaban ayer la concentración en la Plaza de Cibeles me tienen que representar cantando lo que cantaban, me bajo del carro, me echo al monte y refundo el Maquis antes de estar allí con ellos y compartir objetivos. Pero tampoco me esperen en el esperpento que están montando los partidos independentistas catalanes, saltándose cualquier norma básica, tratado jurídico, o recomendación psiquiátrica que se les ponga por delante. Yo quiero que los catalanes voten, pero con las garantías que se le suponen a cualquier consulta con un poquito de dignidad. Y no lo hago por mí, que soy de Albacete, y seguramente se me niegue el pan y la sal para poder opinar siquiera, sino por el propio pueblo catalán y por la seriedad que debe impregnar sus decisiones, o al menos yo las considero importantes a pesar de sus gobernantes. No sé a qué clase de contenedor vamos a parar los que no somos ni fachas ni independentistas, pero estoy en ese cubo de la basura que nadie toma en cuenta. No sé en qué cajón cabemos los que creemos que hubo que hablar y que por no hacerlo fue creciendo una entelequia sin garantías, una chapuza de la que ya no se puede salir. No sé cómo un pueblo tan capaz y listo como el catalán se dejó robar a cambio de una idea suicida. Vaya desde aquí mi respeto a lo que quieran ser y hacer, pero que no lo hagan sin que se les pueda reconocer lo que quieran ser y hacer. PD: Un mensaje a Anna Gabriel de parte de una amiga vasca. «Búscate tu propio look y no nos quites el nuestro. Vale que queráis ser otro país, pero encontrad estilistas propios, coño». Dicho queda. Dios nos ampare.
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