César Lumbreras
La letra pequeña
Hay que mirarse la letra pequeña de la reforma fiscal preparada por Montoro, Ferre y el resto de la banda. Dice un amigo que si nos detuviésemos a repasar la letra pequeña de los contratos de seguros, productos financieros, cuentas corrientes, tarjetas de crédito o débito, gas, luz y telefonía, terminaríamos por no firmar ninguno, tal es la cantidad de trampas que tienen. Pues con la reforma fiscal, que han aprobado las Cortes esta semana, gracias al voto de los populares casi en exclusiva, pasa tres cuartos de lo mismo. Es verdad que, en apariencia, y sólo si nos fijamos en la letra grande, mejora el tratamiento que se da a las rentas del trabajo, aunque habría matizaciones que hacer. Ahora bien, los de Hacienda dan el palo a las rentas del ahorro con una serie de medidas muy perjudiciales. Ahí va un ejemplo: la supresión de la exención de los 1.500 euros para los dividendos. Podría seguir poniendo más, que los hay a mogollón en la nueva normativa. Para comprobarlo tan solo se necesita un poco de tiempo, leerse la letra grande y, especialmente, la pequeña del texto, que supone otro varapalo más al ahorro privado, ya de por sí muy maltratado en España. Y eso, además del palo fiscal, que no es poco, supone un problema económico añadido importante, porque, sin ahorro privado, no habrá inversión, y, sin inversión, no hay salida de la crisis, salvo que el dinero nos lo presten desde fuera. La pregunta clave es la siguiente: con esta reforma fiscal y las otras medidas que está poniendo en marcha este Gobierno, ¿sube o baja la presión fiscal global? No nos dejemos engañar por los cantos desafinados de Montoro. Tienen trampa.
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